DRAMA DE LOS REFUGIADOS

Grecia encerrará a los refugiados en CIE

Atenas prevé clausurar los campos actuales en las islas griegas, donde viven hacinadas 37.000 personas, en los próximos meses

Campo de refugiados en la isla de Chios.

Campo de refugiados en la isla de Chios. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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"Grecia ha llegado al límite", dijo la semana pasada Kyriakos Mitsotakis, primer ministro conservador griego, que, desde que llegó al poder en julio de este año, ha convertido esta frase en su prioridad número uno por encima de todo. Mitsotakis no se refería, cuando la pronunció, a la economía ni al empleo ni a los dictados de Bruselas, que lleva 10 años siendo la que realmente manda en Atenas. Se refería a los refugiados.

Es la principal obsesión de su Gobierno, básicamente, porque es la mayor preocupación de los griegos, según varias encuestas. Tiene su razón de ser: los campos de refugiados de las islas griegas, con capacidad para apenas unas 5.000 personas, albergan a 37.000.

Grecia tiene en total 80.000 refugiados. La Administración está desbordada. Las peticiones de asilo no se procesan y, si lo hacen, tardan años en resolverse. Mientras, las islas griegas -una región ya de por sí afectada severamente por la crisis económica- se convierten en cárceles para los refugiados que las habitan. Los roces entre los autóctonos de las islas y los nuevos vecinos se multiplican.

Para resolver este problema, Atenas ha anunciado este miércoles su medida estrella: cerrar los campos de refugiados de las islas y abrir en su lugar Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde los refugiados entran y quedan encerrados hasta que reciben -o se les deniega- el refugio.

Libertad de movimiento

En los campos actuales, las personas que los habitan tienen permitido moverse a su gusto, pero en esa posibilidad hay una trampa: los campos de las islas griegos están tan poco preparados que la mayoría de los refugiados no viven dentro sino fuera de sus muros: solo una pequeña parte -los más privilegiados- puede dormir en las literas del interior. Los demás se ven obligados a vivir en campos improvisados de tiendas de campaña insalubrestiendas de campaña en cuestas o terrenos pantanosos donde se congelan en invierno y padeden inundaciones en otoño. Así durante meses y años que se hacen eternos.

"Queremos mandar un mensaje claro a todos aquellos que planean o piensan en venir a nuestro país de forma ilegal cuando saben que no van a recibir el asilo político -dijo este miércoles el portavoz del Gobierno griego, Stelios Petsas, durante el anuncio de la creación de los nuevos CIE-. Si le dan dinero a un traficante para que este les lleve a Grecia, que sepan que perderán ese dinero".

Más medidas

A parte de cambiar los campos por CIE donde encerrar a los refugiados para que los locales no tengan que convivir con ellos, Petsas anunció también la reubicaciónen los próximos meses de 20.000 personas que actualmente residen en las islas al continente. "Esta medida es algo positivo que hace mucho tiempo que pedimos -explica a este diario el portavoz de ACNUR en Grecia, Boris Cheshirkov-, porque la situación que se vive en las islas es dramática y de emergencia".

"Pero a la vez también hay medidas que nos preocupan, como los centros de internamiento cerrados. No entendemos por qué el Gobierno quiere hacer esto. No hay ningún tipo de necesidad. La mayoría de los que llegan a las costas griegas son refugiados sirios y afganos que necesitan protección internacional. Estamos también preocupados por la dura retórica del Gobierno griego", continúa Cheshirkov.

Otros, como Médicos Sin Fronteras (MSF), van más allá: "No hemos visto los planes detallados, porque aún no los han anunciado, pero no entendemos por qué quieren convertir los campos en cárceles -dice Sophie McCan, directora del departamento de abogacía de MSF en Grecia-. ¿Cómo puede esto solucionar el problema? Hay mucha gente en los campos con problemas mentales a causa de la situación en la que viven. No sé cómo puede ayudarles que les metan en cárceles".