Descontento social

Dos heridos graves en la escalada de tensión en Hong Kong

Un grupo de manifestates prenden fuego a un prochino y un policía dispara a bocarraro a un joven

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Adrián Foncillas

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La cuarta huelga general convocada por el movimiento autocalificado como prodemocrático se ha saldado con un seguimiento imperceptible y una ola de violencia desmesurada incluso para los parámetros hongkoneses. Los manifestantes han prendido fuego a un ciudadano chino y, en un incidente separado, la policía ha disparado a un activista durante los violentos choques.  

Los radicales han bloqueado decenas de puntos neurálgicos de la excolonia, incluido el puente que une la isla de Hong Kong con la zona continental de Kowloon, desde primera hora de la mañana. La violencia ha roto con las habituales barricadas, cócteles molotov e incendios, mientras la policía sudaba para dispersar a los vándalos con cargas y gases lacrimógenos. En la zona de Sai Wan Ho se ha registrado un herido grave. Las imágenes muestran a un agente arrestando a un manifestante y apuntando a otro vestido de negro que se le acerca e intenta apartar o quitarle el arma. El policía dispara al joven en el abdomen y este se desploma. Fuentes hospitalarias han afirmado que el joven ha necesitado cirugía y sigue en estado crítico.

Otro vídeo muestra una discusión en la que varios jóvenes increpan a un ciudadano chino contrario a las protestas, le rocían con un líquido inflamable y le prenden fuego. El hombre ha sido trasladado al Hospital Príncipe de Gales y permanece en estado grave con quemaduras de segundo grado en el 28% de su cuerpo.

Comercios abiertos

Las tres convocatorias anteriores de huelga general del movimiento antigubernamental, que se reclama como mayoritario, ya habían acabado en sonoros fracasos. En la última no se constató ni un solo comercio cerrado en toda la excolonia. Tampoco la de hoy, a pesar de los esfuerzos por colapsar las principales arterias, se ha sentido en el pulso de la capital financiera más allá de los focos de violencia. La sociedad padece una brecha irremediable pero los antigubernamentales han perdido rápidamente apoyos con su deriva vandálica, la ruina económica y un inquietante componente xenófobo que desemboca en palizas y quemas de comercios de los chinos del interior.

La temperatura se había disparado en las calles tras la muerte el viernes del estudiante Alex Chow Tsz-lok. El joven de 21 años había permanecido en coma desde que el domingo cayera accidentalmente desde el tercer al segundo piso de un aparcamiento de coches cercano a una de las habituales batallas campales. Ni siquiera se sabe si el joven participaba en las protestas y, en todo caso, las cámaras muestran que entre la policía y él mediaba un centenar de metros. Los activistas, sin embargo, le han ungido ya como el primer mártir de la revolución y en las redes sociales y manifestaciones habían clamado venganza contra una policía a la que le han atribuido ya una decena de falsos asesinatos.

Advertencia de Lam

La jefa ejecutiva, Carrie Lam, compareció al final de la jornada para condenar los disturbios de la jornada. “A los que creen que, si aumentan las dosis de violencia, este Gobierno cederá a las protestas y cumplirá las demandas de los manifestantes, quiero aclararles que eso no ocurrirá”, ha insistido.

Hong Kong camina ya hacia el quinto mes de protestas. La ley de extradición catalizó un movimiento que en sus primeras semanas protagonizó ejemplares manifestaciones tan masivas como pacíficas pero que hace ya mucho tiempo se ha reducido al vandalismo y la violencia de unos cuantos miles de jóvenes.