Ajustes económicos

El Senado de Brasil aprueba la reforma a las jubilaciones de Bolsonaro

Esta propuesta polémica eleva la edad para el retiro a 62 años para las mujeres y 65 para los hombres y según el Gobierno esto ayudará a terminar con el déficit fiscal del país

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El Periódico

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El pleno del Senado brasileño dio este martes la segunda y definitiva sanción a la reforma de las jubilaciones promovida por el Gobierno de Jair Bolsonaro, que tiene en ese proyecto su gran apuesta para recuperar la economía del país.

La aprobación en esta segunda vuelta era prevista y se dio por 60 votos a favor frente a 19 en contra, un resultado que ratificó el firme respaldo al proyecto en un Parlamento de neto talante liberal y mayoritariamente alineado con las ideas económicas del Gobierno que preside el ultraderechista Bolsonaro.

Los supuestos beneficios

El polémico proyecto, rechazado por sindicatos y la minoritaria representación parlamentaria de izquierdas, plantea una meta de ahorro que se calcula cercana a 870.000 millones de reales (unos 217.500 millones de dólares) en un plazo de diez años, lo que según el Gobierno permitirá poner fin al crónico déficit fiscal del país.

Para alcanzar esa meta, la reforma establece una edad mínima para el acceso a la jubilación, que hasta ahora no era un requisito en Brasil, y que pasará a ser de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres.

También impone un tiempo mínimo de contribución a la seguridad social de 15 años para las mujeres y de 20 años para los hombres que aspiren a la jubilación, entre muchas otras normas que la izquierda ha denunciado como una "eliminación de derechos" que los brasileños habían adquirido a lo largo de décadas.

La propuesta original apuntaba a un ahorro fiscal de al menos un billón de reales (unos 250.000 millones de dólares), pero diversas alteraciones impuestas durante el trámite parlamentario redujeron esa cifra, aunque el Gobierno considera, de todos modos, se trata de una reforma fundamental para ordenar las cuentas públicas.

Apoyar la economía

El proyecto fue presentado como enmienda constitucional, lo que suponía un engorroso trámite parlamentario y dos votaciones en la Cámara baja y otras dos en el Senado. En ambos casos se requerían mayorías calificadas que fueron ampliamente superadas en cada una de las votaciones.

Esta reforma es la gran apuesta del Gobierno para intentar recomponer una economía cuyo producto interior bruto (PIB) perdió siete puntos porcentuales entre 2015 y 2016, se expandió un insuficiente 1 % anual en 2017 y en 2018 y que este año crecerá en torno a un 0,8 %, según las últimas proyecciones.