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El Parlamento británico tumba el calendario de Johnson sobre el proyecto de ley del 'brexit'

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Begoña Arce

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El acuerdo del ‘brexit' no verá la luz el 31 de octubre. Los diputados británicos así lo han decidido en una sesión el martes, en la que Boris Johnson cosechó un importante triunfo y también una derrota que lastra sus planes. El primer ministro británico obtuvo por primera vez en tres años y medio de discusiones sobre el ‘brexit’ el respaldo de la Cámara de los Comunes a un acuerdo con la Unión Europea. Theresa May jamás logró ir tan lejos.  Un respaldo ‘preliminar’, pendiente aún de posibles modificaciones y enmiendas de la oposición, pero que autoriza la tramitación del acuerdo logrado por Johnson con los mandatarios de la UE, para transfórmalo en una ley británica. El resultado (329 frente a 299) arrojó una mayoría sustancial de 30 votos. Tras esa primera victoria, Johnson sufrió inmediatamente un grave varapalo.

Rechazo de la agenda

En una segunda votación los diputados rechazaron la agenda legislativa que el gobierno quería imponer al Parlamento, por una mayoría de 14 votos (306 a favor, 322 en contra).  El gobierno había fijado tan sólo tres días para resolver la tramitación de la ley en la Cámara de los Comunes. El jueves debía estar lista y pasar a la Cámara de los Lores también a la carrera. Todo liquidado en una semana. Imposible analizar, discutir, enmendar y votar un texto de 110 páginas y 120 anotaciones de una gran complejidad y con una importancia constitucional gigantesca. La única obsesión del primer ministro era cumplir su promesa de sacar al Reino Unido de la EU el 31 de octubre. Incluso amenazó durante el debate con abandonar la ley y optar por las urnas si el calendario que proponía no  era aceptado . “Si el Parlamento se niega a solucionar el ‘brexit’ y en su lugar decide retrasarlo hasta enero, o quizás más allá, bajo ninguna circunstancia el gobierno puede continuar así y lamentándolo mucho, la Ley deberá ser retirada y tendremos que ir a una elección general”. Esa elección, según indicaron fuentes de  Downing Street tendría lugar antes de Navidad. “La mejor manera de evitar un ‘brexit’ desordenado es votar por el acuerdo”, declaró Johnson. La oposición condenó lo que calificó de “chantaje infantil”.  La amenaza no sirvió de nada.

Nueva extensión

Tras es triunfo y la derrota, el primer ministro suavizó el tono. Ya no habló de  “retirada” de la ley y se limitó a anunciar “una pausa” en la tramitación.   Tampoco hizo ninguna referencia a unas inmediatas elecciones. “Voy a conversar  con los Estados miembros de la Unión Europea sobre sus intenciones. Hasta que tomen una decisión vamos a hacer una pausa con esta legislación. Quiero decirlo claramente, nuestro objetivo sigue siendo que no debemos tener más retrasos, que debemos dejar la Unión europea el 31 de octubre y eso es lo que voy a decirle a la Unión Europea y ya informaré a la cámara”. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señaló en un tuit que recomendaría la petición del Reino Unido de una extensión. “Después de la decisión del primer ministro Boris Johnson de detener el proceso de ratificación del Acuerdo de Retirada y con el fin de evitar un ‘brexit’ sin acuerdo, voy a recomendar a los 27 que acepten la petición de la Unión Europea de una extensión”.  Johnson tenía también la intención de ponerse en contacto hablar con los responsables de la UE en los próximos dos días. El líder de la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg reconoció que es “muy difícil ver cómo es posible que el acuerdo se logre en la fecha prevista”.

Oferta laborista

La máquina propagandística de los conservadores intentaba resaltar al final de la jornada la victoria de Johnson como un enorme éxito, que el líder laborista Jeremy Corbyn torpedeaba con la derrota de la agenda. “El primer ministro es el autor de su propia desgracia”, fue la respuesta de Corbyn, quien hizo “una oferta” a Johnson. “Trabaje con nosotros. Entre todos podemos decidir un calendario razonable y sospecho que esta Cámara va a votar a favor de debatir, analizar en detalle la ley”.  En total 19 laboristas rebeldes votaron a favor del acuerdo de Johnson, que Corbyn había describió como la llave, “para la desregularización de principio a fin. Un acuerdo y una ley que no logra defender nuestros derechos y nuestra naturaleza, que no logra defender nuestros trabajos y nuestra economía, cada región y cada nación del Reino Unido”.  Muy posiblemente no todos esos diputados rebeldes sigan apoyando el acuerdo al término de la tramitación, cuando la ‘pausa’ acabe. Enmiendas sustanciales que Johnson también ha advertido que no aceptará.