Trump da el contrato para el próximo G-7 a su hotel en Doral (Florida)

Donald Trump, desde el inicio de su mandato bajo sospechas, investigación y demandas por el potencial beneficio económico personal que está sacando de la presidencia de Estados Unidos y la posible violación de la clausula de emolumentos de la Constitución que podría representar el uso por parte de representantes extranjeros de instalaciones de su negocio privado, redobla su reto. Este jueves la Casa Blanca ha anunciado que ha elegido el Trump National Doral, su resort cerca de Miami (Florida), como sede para la próxima reunión del G-7 entre el 10 y el 12 de junio de 2020.

La controvertida asignación del contrato para la cumbre promete intensificar el escrutinio sobre las fronteras entre la función pública y el beneficio privado que borra Trump. Y llega precisamente cuando, como parte del escándalo que ha llevado a la apertura de una investigación de ‘impeachment’ en su contra, ha acusado en múltiples ocasiones al exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter de haberse beneficiado económicamente de la posición que tenía el demócrata en la Administración de Barack Obama.

Ha sido el jefe de gabinete en funciones, Mick Mulvaney, quien ha anunciado la decisión sobre Doral, asegurando que a la Administración no le preocupa la apariencia de un posible conflicto de intereses. Ha reconocido que el propio Trump sugirió su complejo (con 643 habitaciones y campo de golf) como sede del G-7, para la que se estudiaron otras nueve opciones. Mulvaney ha defendido que “Doral era de lejos y con mucho la mejor instalación para esta reunión” y ha criticado como "miserable" Camp David, donde Obama organizó en 2012 la última cumbre estadounidense del G-7. 

La celebración de la cumbre sin duda va a reportar beneficio económico a la empresa de Trump y no solo por la publicidad gratuita global. Junto a los líderes extranjeros viajan cientos de diplomáticos y asesores, personal de seguridad y periodistas y su estancia en el Doral el próximo verano contribuirá a mejorar el negocio en el hotel que Trump compró en 2012. Según datos de The Washington Post, en ese mes de 2017 el Trump National Doral solo tenía un 38,3% de ocupación. El resort, además, ha visto caer sus ingresos un 69% en los últimos tres años.

Mulvaney también ha anunciado que el cambio climático, cuyos efectos y peligros son evidentes en Florida y en el área de Miami, no estará en la agenda de la cumbre.