GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

"No es problema nuestro", afirma Trump de la invasión turca de Siria

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Ricardo Mir de Francia

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La inconsistencia y los continuos cambios de parecer de Donald Trump han sido una constante durante su presidencia, pero en la crisis siria están llegando al paroxismo. El presidente de Estados Unidos ha dicho este miércoles que la invasión turca de Siria “no es problema nuestro”, una afirmación que llega solo dos días después de que impusiera sanciones contra altos cargos del Gobierno de Ankara y amenazara con “destruir la economía turca” si no cesa su ofensiva contra los kurdos. “Esto no es un problema entre EEUU y Turquía, como muchos estúpidos quieren que creáis”, ha dicho Trump durante una comparecencia en la Casa Blanca junto al presidente italiano, Sergio Mattarella. “No somos un agente de policía. Es hora de irnos a casa”. 

Horas más tarde, volvía a descolocar a propios y extraños con otras sorprendentes declaraciones al afirmar que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha estado llevando a cabo una sangrienta guerra de guerrillas contra Turquía durante varias décadas, es "probablemente una amenaza terrorista" mayor que el grupo yihadista de Estado Islámico.

Pompeo, rumbo a Turquía

La caótica improvisación que impregna la política estadounidense en Siria, palpable en la cacofonía de mensajes contradictorios que salen de la Administración, se ha reforzado con las palabras del jefe de la diplomacia, Mike Pompeo, que está noche tiene previsto partir hacia Turquía acompañado por el vicepresidente, Mike Pence, para tratar de negociar un alto el fuego. “Tiene que detener la ofensiva”, ha dicho refiriéndose al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. “Necesitamos un alto el fuego para empezar a recomponer la situación”. Nada indica, sin embargo, que Ankara esté por la labor. En un discurso ante el Parlamento turco, Erdogan ha rechazado las demandas estadounidenses y ha dicho que sus tropas no se detendrán hasta que logren imponer una “zona de seguridad” de 30 kilómetros en el territorio sirio pegado a la frontera turca. “Nadie puede detenernos”, ha afirmado el líder islamista. 

La indignación que recorre Washington por los palos de ciego de Trump se ha acentuado con la alianza que los kurdos han forjado con el régimen de Asad tras ser abandonados por EEUU y la llegada de las tropas rusas a las zonas que hasta ahora controlaban kurdos y estadounidenses. Pero el presidente ha dicho no estar preocupado al respeto. “Está bien si los rusos ayudan a Siria”, ha recalcado en contra de la postura tradicional de su país en el conflicto. Y tampoco ha tenido reparos en criticar al único aliado que EEUU ha tenido en la guerra siria, unas milicias kurdas que han perdido a 11.000 personas combatiendo al Estado Islámico bajo la dirección del Pentágono. “Siria es amistosa con los kurdos. Los kurdos están bien protegidos, saben cómo luchar. Y, por cierto, no son ningunos ángeles”.