CRISIS POLÍTICA EN ECUADOR
Moreno ofrece diálogo y la comunidad indígena reclama hechos
Abel Gilbert
Corresponsal en Buenos Aires
Especialista en América Latina y doctor en comunicación. Ha cubierto los principales acontecimientos políticos regionales durante las últimas dos décadas para El Periódico. Es autor de ocho libros, tres de ellos en colaboración, y se apresta a publicar otros dos.
Abel Gilbert
"Hago un llamamiento a los dirigentes a dialogar directamente conmigo, sentémonos aconversar". El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, formuló su exhortación al movimiento indígena casi al mismo momento en que los gases lacrimógenos cambiaban el aire de la zona histórica de Quito en la tarde del viernes. La imagen de las calles coloniales envueltas en gris lo decían todo: un nuevo estallido social pone en jaque a las instituciones como en 1996 y el 2000. "Hemos soportado la represión con más de 554 heridos, 929 detenidos, cinco muertos y otros tantos desaparecidos", aseguró la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) a través de Twitter. Las comunidades iniciaron hace diez días una protesta contra el aumento del precio de los combustibles. Cuando el conflicto parecía radicalizarse, la Conaie aceptó el convite de Moreno pero solamente "sobre la derogatoria o revisión del decreto 883" que habilitó el llamado "paquetazo". Y advirtieron: "no dialogaremos sobre ningún tipo de compensación".
El movimiento indígena reclama también que se dé marcha atrás en el intento de reforma laboral que, entre otras cosas, incluye la potestad estatal para rebajar el salario y los días de vacaciones de los empleados públicos. La tranquilidad pende de un alfiler. Moreno lo sabe y a modo de anticipo ha decretado este sábado el estado de sitio en Quito. Las autoridades le pidieron a sus habitantes que no salgan de sus casas.
'Dolarización'
La crisis, en rigor, tiene un componente que excede al actual Gobierno y es lo que se conoce como la dolarización de la economía dolarizaciónque no es otra cosa que la renuncia a la soberanía monetaria hace 19 años. La utilización del dólar ofreció casi dos décadas de una estabilidad que se ha vuelto insostenible en las condiciones originales debido a la revaluación de la moneda de Estados Unidos y la caída de los precios internacionales del petróleo, lo que perjudica especialmente a un país exportador como Ecuador.
Como el Estado no puede emitir billetes y ha sido indiferente a la fuga de capitales, no tuvo otra alternativa que recurrir al FMI. La "receta" del organismo financiero es conocida, a lo que se añadió la decisión del Gobierno de que sean nuevamente las espaldas de los más pobres las que carguen su costo: son ellos los que utilizan el transporte público y deben pagar de sus bolsillos el 78% de la eliminación del subsidio, contra el 22% de los más pudientes.
Moreno agravó los problemas fiscales desde el momento en que condonó una deuda de 4.500 millones de dólares a los grupos económicos más poderosos que dejaron de ver al presidente como un populista y títere de Rafael Correa para convertirlo en un personaje de Estado. Era cuestión de tiempo para que se hiciera sentir el malestar de los que menos tienen. El Gobierno acusó a Correa de complotar en su contra junto con el venezolano Nicolás Maduro aunque sin ningún tipo de pruebas. La Conaie tiene a su vez una vieja controversia con el ex presidente y no quiere ser furgón de cola de sus aspiraciones de regreso al poder. Esa parece ser una de las razones por las cuales se avino a abrir una puerta a las negociaciones cuya consistencia es la de una hoja seca.
EEUU entra en escena
En este contexto, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, expresó su enfático apoyo a Moreno y a "los esfuerzos" que realiza para "institucionalizar prácticas democráticas e implementar reformas económicas necesarias". Pompeo reconoció que el Gobierno ha tomado decisiones "difíciles" aunque indispensables para "el crecimiento futuro del Ecuador y su estabilidad". Remarcó que Washington está "al tanto" de los acontecimientos y, en alusión a Venezuela, "monitorea las alegaciones de que un actor externo esté involucrado" en las protestas . Durante anteriores intervenciones, Moreno aseguró ser víctima de una conjura desestabilizadora de la que forman parte su ex albacea Rafael Correa y Nicolás Maduro, a quien calificó de "sátrapa".
"Algunas veces para saber de qué lado estar, es suficiente ver quiénes están del otro lado", dijo Correa sobre las palabras de Pompeo. En cuanto a Moreno, sostuvo que "el Gobierno está acabado" y "existe una salida constitucional y democrática a la crisis".
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