DERECHOS HUMANOS

Rusia declara "agente extranjero" a la organización anticorrupción de Navalni

El bloguero niega recibir dinero de otro país, sostiene que Putin tiene "miedo" a sus investigaciones y promete continuar con sus actividades

Alekséi Navalni, durante un acto en Moscú el pasado 29 de septiembre.

Alekséi Navalni, durante un acto en Moscú el pasado 29 de septiembre. / periodico

Marc Marginedas

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"Exigimos que el Ministerio de Justicia se explique de forma pública y presente pruebas de que el <strong>Fondo de Lucha contra la Corrupción</strong> ha recibido siquiera un kópek del extranjero".

Lejos de arrugarse ante la presión, Alekséi Navalni, bloquero anticorrupción y principal líder opositor ruso, ha respondido este martes con un reto público a través de la red social Twitter a la decisión de las autoridades rusas de incluir en la lista de "agentes extranjeros" al Fondo para la Lucha contra la Corrupción (FBK, por sus siglas en ruso), la oenegé liderada por él que ha destapado infinidad de casos de corrupción entre destacados miembros de la élite rusa. Según el Ministerio de Justicia ruso, "un control de las actividades de esta organización no gubernamental ha permitido determinar que cumplía las funciones de un agente extranjero", un término de connotaciones muy negativas en el vocabulario ruso que implica actividades próximas al espionaje. 

Las consecuencias legales de semejante clasificación legal no son a desmerecer y pueden generar situaciones desagradables. A partir de ahora, la organización deberá someterse a frecuentes controles rutinarios de funcionarios gubernamentales, informar con detalle al Gobierno acerca de sus cuentas, sus gastos y en especial sus fuentes de financiación, entre otras medidas que podrían acabar impactando en su rendimiento. No obstante, el liderazgo de la oenegé mantiene el espíritu combativo pese a la decisión ministerial, de la que responsabiliza directamente y en última instancia a Vladímir Putin. El presidente "se apoya en los ladrones y en los corruptos; y nosotros destapamos la corrupción; no nos detendremos, pese a todo", ha continuado el bloguero.

Presión judicial 'in crescendo'

La presión judicial a Navalni y su entorno se incrementa a medida que va calando su mensaje entre amplios estratos de la sociedad rusa, que empieza a emitir señales de casancio ante el estado de cosas en el país. Moscú ha sido escenario este verano de las más numerosas manifestaciones de protesta en años contra la manipulación electoral en las elecciones locales celebradas a principios de diciembre, comicios en los que, además, la formación oficialista Rusia Unida obtuvo unos pobres resultados. Hasta 60.000 personas llegaron a congregarse en alguna ocasión atendiendo la llamada opositora, al tiempo que en los actos no sancionados por la oficialidad moscovita se producían centenares de detenidos, algunos de los cuales han sido ya condenados a graves penas de prisión.