Costa llama a repetir la alianza de izquierdas en Portugal

El primer ministro portugués, Antonio Costa, votando este domingo en un colegio lisboeta.

El primer ministro portugués, Antonio Costa, votando este domingo en un colegio lisboeta. / periodico

Marta López / Lisboa

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Los portugueses están mejor que hace cuatro años, cuando todavía soportaban el yugo del duro ajuste que supuso el rescate económico del país. No solo lo muestran los datos macroeconómicos –que reflejan una recuperación prodigiosa- ni los indicadores de confianza, lo admiten ellos a media voz cuando se les pregunta. Ayer, además, lo demostraron con su voto, renovando la confianza en el Partido Socialista (PS) António Costa, quien al enterrar los recortes más sangrantes del periodo de la austeridad ha hecho que sus vidas sean ahora un poco más plácidas. Muy cerca de la mayoría absoluta, el PS fue el gran ganador de las elecciones.

Costa es de esta forma el gran beneficiado de la llamada 'geringonça’, la alianza parlamentaria con los partidos de la izquierda que le ha permitido gobernar en minoría durante cuatro años. Un período de estabilidad política  y recuperación económica que los electores han agradecido con su voto. El Bloque de Izquierda (BCE) y la coalición de comunistas  y verdes (CDU) pierden fuerza respecto al 2015. Era justo lo que había pedido Costa, un PS "fuerte", en un país con muy poca tradición de mayorías absolutas. Solo tres en toda la historia democrática.

"Victoria, victoria", fue el grito de los militantes socialistas reunidos en un hotel de Lisboa, cuando empezaron a conocerse los resultados. Con más del 37% de los sufragios, el PS mejora sustancialmente su resultado del 2015, pero seguirá necesitando aliados para gobernar. Las proyecciones le dan en el Parlamento entre 106 y 112 escaños, muy cerca dela mayoría abstoluta de 116.  Por ello no necesitará a los dos aliados que ha tenido hasta ahora. Con uno le bastará. Con el 8,9% de los votos, el Bloque  mantiene sus 19 escaños y con el 5,7% los comunistas y verdes retroceden a 10.

Pero en su discurso tras conocer los resultados, ya dejó claro cuáles son sus preferencias. "A los portugueses les ha gustado la 'geringonça' y desean la continuidad de la actual solución política, ahora con un PS más reforzado", declaró el dirigente llamando a renovar el pacto con las dos fuerzas de la izquierda. 

Costa deberá abrir ahora un periodo de negociación, que en la pasada legislatura cerró en 35 días para poder desalojar a la derecha del poder.  En su primera reacción a los resultados, tanto la dirigente del BE, Catarina Martins, como el comunista Jerónimo de Sousa se mostraron dispuestos a ser parte de la solución de Gobierno, pero con condiciones.

El centroderechista Partido Socialdemócrata (SPD) consigue el 29% de los votos, diez puntos por debajo del  2015 y el derechista Centro Democrático y Social (CDS) no llega al 5%. Suman juntos 84 escaños. Soplan vientos de crisis entre los conservadores. La líder del CDS, Assunçao Cristas, ya anunció que deja el liderazgo del partido.

Con el 2,7% de los votos y 4 escaños, el Partido de los Animales, Personas y Naturaleza (PAN) experimentó el crecimiento que le pronosticaron las encuestas y podría jugar un papel determinante en la la próxima legislatura si encalla la 'geringonça'. El BE, el equivalente a Podemos en España pero con 20 años de antigüedad, se ha hecho mayor y con la madurez ha crecido su ambición y no oculta su aspiración de entrar en el Gobierno, un escenario que Costa ha descartado hasta ahora. 

Abstención récord

La ultraderecha entrará por primera vez en el Parlamento de Portugal a través del partido Chega (Basta), que ha logrado su primer diputado, André Ventura.  Harán su entrada también en la Cámara con un escaño cada una dos pequeñas formaciones, Iniciativa Liberal y Livre.

La abstención fue récord: un 47%. El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa,  había llamado al voto ayer mismo apelando a los "grandes desafíos" que Portugal tiene delante y citando expresamente la "desaceleración económica mundial"  como la amenaza más inmediata que se cierne sobre el país, tras cuatro años de una recuperación que ha sorprendido al mundo.

Bajo el Gobierno de Costa se ha reducido el déficit  (0,25), el paro (6,3%) y el país crece por encima de la media europea (1,9% es la previsión para este año). Unos datos que han permitido levantar algunas de las medidas más duras del ajuste. Se ha subido el salario mínimo (hasta los 600 euros), se han revalorizado las pensiones y se han restituido parcialmente los sueldos que tenían los funcionarios, medidas que han permitido decir al primer ministro que "se ha pasado página a la austeridad". 

Los portugueses no son tan eufóricos. "Estamos mejor, pero es que estábamos muy mal", nos decía el domingo una mujer tras depositar su voto.  Es un sentir generalizado. Por eso ganó el PS, pero sin mayoría absoluta.