Protocolo de seguridad

La policía en México controla a vándalos en la marcha por la matanza de Tlatelolco

Las autoridades mexicanas lograron aislar a los grupos violentos que en manifestaciones anteriores causaron daños a negocios y edificios históricos en la Ciudad de México

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El Periódico

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El Gobierno de México se apuntó un acierto en seguridad al controlar a los grupos de vándalos que intentaron ensuciar la manifestación en la capital mexicana, por el 51 aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco del 2 de octubre de 1968.

En medio de una marcha pacífica y con el centro histórico de la Ciudad de México blindado ante posibles actos vandálicos, los sujetos encapuchados se infiltraron entre los manifestantes y aunque intentaron alterarla con detonaciones de petardos y cohetes y algunas pintadas, no lograron su propósito.

Para evitar la acción de estos grupos y garantizar la seguridad de los manifestantes, el Gobierno capitalino desplegó un cordón con 12.000 funcionarios vestidos de blanco llamado "cinturón de paz".

Protocolos de seguridad

Edificios históricos, negocios e instituciones gubernamentales fueron protegidos con vallas metálicas y por una valla humana, de mujeres y hombres, vestida de blanco y que aunque inexperta y un tanto intimidada funcionó.

Durante la movilización los encapuchados dejaron pintas a su paso por la céntrica avenida Eje Central y calles del centro histórico, además de detonar petardos que alteraron el orden. Esas explosiones ahuyentaron a algunas secciones del "cinturón de paz", personas quienes ante el temor de ser agredidos rompieron filas y se quitaron las camisetas blancas con las que se identificaban.

Los embozados hicieron actos de provocación al pintar edificios como los de Correos y el Banco de México además de atacar con aerosoles a policías e integrantes del "cinturón de paz", pero no fueron más allá. La protección y resguardo a los inmuebles se dio a raíz de que las dos últimas movilizaciones llevadas a cabo en la Ciudad de México finalizaran con destrozos de mobiliario y pintadas.

Violencia anarquista

El 26 de septiembre se conmemoraron cinco años de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, y dos días más tarde tuvo lugar la marcha en favor de la despenalización del aborto. Ambas movilizaciones fueron aprovechadas por encapuchados autodenominados "anarquistas".

Ante ello, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció el despliegue del cordón humano, del cual convenció al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que lo veía "muy bien" para evitar destrozos.

De hecho el mandatario exhortó a los manifestantes a que ayuden a "aislar a los provocadores y no caer en provocaciones". A los encapuchados que causan destrozos en las manifestaciones el presidente les advirtió de que "tengan cuidado" porque los acusará ante sus padres y abuelos para que los reprendan con "jalones de oreja".