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Empieza la vista a Netanyahu por tres casos de corrupción

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu.

El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu. / periodico

Ana Alba

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La vista sobre los tres casos de corrupción en los que está presuntamente implicado el primer ministro israelí en funciones, Binyamin Netanyahu, ha empezado este miércoles en las dependencias del Ministerio de Justicia, en la zona este de Jerusalén, la parte de la ciudad ocupada por Israel.

Los abogados de Netanyahu han llegado puntuales a la cita y se han mostrado confiados en que lograrán demostrar la inocencia de su cliente, que no los ha acompañado en la primera comparecencia.

Mientras se celebra la vista, el jefe del Gobierno israelí tiene previsto reunirse con los líderes de las fuerzas políticas aliadas a la suya, el Likud, para tratar el tema de la <strong>formación de un nuevo Ejecutivo, </strong>que parece totalmente encallada.

Ni pacto ni clemencia

Ram Caspi, uno de los abogados de Netanyahu, ha dicho a los periodistas congregados en la entrada del edificio del ministerio de Justicia que el primer ministro no va a solicitar clemencia ni va a llegar a un pacto con la fiscalía por el que se reconozca culpable a cambio de que le rebajen la posible sentencia.

"Tengo confianza total y plena en el sistema legal y en la justicia. No tengo dudas de que el fiscal general tomará sus decisiones de manera apropiada y profesional", ha declarado Caspi. El letrado considera que hay "bases sólidas" para revertir las acusaciones contra Netanyahu, al que podría imputarse por cohecho, fraude y abuso de confianza.

Amit Hadad, otro de los abogados del primer ministro, ha señalado que la defensa presentará nuevas pruebas durante la vista, que se extenderá durante cuatro días no consecutivos, hasta el lunes que viene, la víspera del Yom Kipur (Día de la Expiación para los judíos). “Estamos seguros de que cuando acabemos, no habrá más opción que cerrar el caso”, ha afirmado Hadad, según la cadena de televisión israelí Kan.

Apoyo

Junto a la entrada al Ministerio de Justicia, un grupo de manifestantes mostraba su apoyo al fiscal general, Avijai Mandelblit, con pancartas en las que se leía: "La verdad y la ley hablarán, hemos venido a apoyarte en tu lucha contra la corrupción". El fiscal podría acusar formalmente a Netanyahu por los delitos de cohecho, fraude y abuso de confianza.

Se sospecha que, entre el 2012 y el 2017 el primer ministro hizo diversos favores al gigante de la telefonía israelí Bezeq, controlado por el empresario Shaul Elovitch, a cambio de que el popular digital de noticias Walla, que también depende de Elovitch, ofreciera una cobertura favorable a Netanyahu y su esposa, Sara.

Se sospecha asimismo que Netanyahu aceptó lujosos regalos de dos millonarios para él y su familia por valor de hasta un millón de shekels (unos 260.000 euros). Los obsequios habrían sido viajes, joyas, puros y champán francés. A cambio, el primer ministro les habría hecho favores como aprobar una ley que limita los impuestos para israelíes que regresen del extranjero. Netanyahu admite haber recibido regalos, pero asegura que se los hicieron a cambio de nada, por amistad.

Proceso durante años

Otra de las investigaciones es si Netanyahu intentó pactar con Arnon Mozes, editor del principal diario de pago de Israel, el Yediot Aharonot, una cobertura más positiva sobre él y su familia a cambio de dañar la distribución del periódico rival, el gratuito Israel Hayom.

La vista de Netanyahu, que niega todas las acusaciones, se prolongará hasta la semana que viene y se dividirá en cuatro sesiones. El fiscal puede tardar entre dos y cuatro meses en anunciar si lo acusa o no, pero fuentes de la fiscalía señalaron a medios israelís que la fiscalía tiene previsto emitir una decisión antes de que acabe el 2019. Si hubiera juicio, podría durar años.

Negociaciones

Aunque lo acusen formalmente, Netanyahu no estará obligado a dimitir mientras sea primer ministro. Él asegura que es inocente y que lo demostrará. Precisamente para conservar su cargo, Netanyahu ha estado negociando con Gantz la formación de un gobierno de unidad en el que los dos se turnen al frente del ejecutivo, pero no llegaron a un acuerdo sobre cuál de ellos ocuparía antes el puesto de primer ministro.

Las elecciones del 17 de septiembre dieron la victoria a la coalición centrista Azul y Banco, liderada por el exjefe del Estado mayor Benny Gantz, por 33 escaños, solo uno más que el partido de Netanyahu, el Likud, principal formación de la derecha israelí.

Ninguno de los dos tiene suficientes diputados para conseguir la mayoría necesaria de 61 en el Parlamento, de 120 escaños. El presidente de Israel, Reuven Rivlin, dio el mandato de formar gobierno a Netanyahu y llamó a las dos formaciones a establecer un ejecutivo de unidad, pero hasta ahora, las negociaciones no han avanzado.

Netanyahu y Gantz tenían que reunirse este miércoles, pero el líder de Azul y Blanco canceló la cita la víspera. Azul y Blanco no descarta reunirse con el Likud dentro de unos días, pero podría ser que Netanyahu devuelva hoy mismo a Rivlin el mandato que le otorgó para intentar formar gobierno.