CONTROVERSIA JUDICIAL

Lula rechaza salir en libertad condicional por "dignidad"

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. / periodico

Abel Gilbert

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"No cambio mi dignidad por mi libertad". Luiz Inacio Lula ha rechazado la oferta de los fiscales que lo llevaron a la cárcel en el marco un juicio que considera ilegítimo y que más temprano que tarde será anulado, según las estimaciones de los abogados del ex presidente. Desde la prisión de Curitiba, Lula escribió una nueva "carta al pueblo brasileño" en la que fundamenta su negativa a aceptar una propuesta de sus acusadores de otorgarle el beneficio de las salidas diurnas para ir a trabajar o estudiar por haber cumplido la sexta parte de su condena a ocho años. En tono coloquial y a través de una hoja manuscrita, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) le dijo a sus simpatizantes y a toda la sociedad que "no acepto degradar mis derechos y mi libertad". Lula utilizó el verbo "barganhar" que acepta otras acepciones de un fuerte peso político: "desvalorizar", "rebajar", pero también puede ser entendido como que desprecia la "ganga" que le han ofrecido desde un sector del poder judicial. 

El juicio contra Lula se sustanció con el solo propósito de sacarlo de la carrera electoral que llevó al capitán retirado Jair Bolsonaro a la presidencia en octubre de 2018. Se lo acusó de haber recibido como dádiva de la constructora OAS un inmueble que el ex líder de los metalúrgicos paulistas nunca ocupó. El proceso estuvo atravesado por innumerables vicios legales. De un lado, se conocieron los intercambios entre el entonces juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia, y el fiscal Deltan Dallagnol, prohibidos por la Constitución. Días atrás el Tribunal Supremo ha reconocido que durante ese juicio se violó el derecho al alegato final, lo que abre las puertas a una revisión más exhaustiva de la causa Lava Jato.

"Ya demostré que son falsas las acusaciones que me hicieron. Son ellos (los fiscales) y no yo los que están presos en las mentiras que le contaron a Brasil y al mundo", remarcó el hombre que gobernó Brasil entre 2013 y 2010. Lula consideró que "deberían disculparse con el pueblo brasileño, los millones de parados y mi familia por el daño que han hecho a la democracia, la justicia y el país". Subrayó a su vez que "ante las arbitrariedades cometidas por los fiscales y por Sergio Moro le corresponde ahora al Tribunal Supremo corregir lo que estaba equivocado para que se haga justicia independiente e imparcial. Como es debido a todo ciudadano".

En este contexto, Lula ha resuelto esperar lo que parte de la prensa considera como el inevitable giro de los acontecimientos. "Soy plenamente consciente de las decisiones que tomé en este proceso y no descansaré hasta que prevalezcan la verdad y la justicia". El diario paulista Folha no descarta que se realice un nuevo juicio.

LAS REACCIONES DE LA ULTRADERECHA

Cuando se conoció la carta, el "inspector Alberto", un policía civil, asesor del diputado André Fernandes, del ultraderechista Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro, se filmó realizando diez disparos contra una fotografía del ex mandatario. Luego subió la acción a su cuenta de Instagram para deleite de los simpatizantes del Gobierno. El policía le recomienda al ex fiscal general Rodrigo Janot que lo imite. "Pon una foto y descárgala. Sale toda la ira". Janot confesó la semana pasada que quiso asesinar al ministro del Supremo, Gilmar Mendes, opositor al curso que tomó la causa contra el líder del PT. El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del capitán retirado, diputado y aspirante a embajador en Washington, alertó por su parte de los peligros que se ciernen si Lula es liberado y vuelve a presentarse en elecciones. "Si vuelven lo harán con sangre en los ojos y queriendo vengarlo".

El presidente no se privó de su propia provocación y frente a un grupo de estudiantes les recomendó sumergirse en las enseñanzas de quien considera uno de sus maestros:el coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, autor de "La verdad sofocada: la historia que la izquierda no quiere que Brasil sepa". Brilhante Ustra fue el torturador de Dilma Rousseff, la presidenta destituida durante el golpe parlamentario de 2016 que abrió el camino para el ascenso de la ultraderecha. Al votar en su contra, el entonces dipurado Jair Bolsonaro lo hico en nombre de aquel integrante de los cuerpos represivos de la última dictadura (1964-85). El coronel fue condenado en segunda instancia por la aplicación de tormentos. Pero para el jefe de Estado, el oficial "busco disipar mitos, engaños y mentiras que se publicitan para manipular la opinión pública y desacreditar y desmoralizar a quienes los golpearon".

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