SIETE DETENIDOS

Liberados más de 300 chicos encadenados y víctimas de abusos sexuales en Nigeria

Por su parte, el propietario de la escuela donde fueron encontrados aseguró que su única actividad era la enseñanza del islam, y rechazó como falsas cualquier acusación de "tortura, deshumanización y homosexualidad"

Uno de los menores liberados en Nigeria.

Uno de los menores liberados en Nigeria. / periodico

Agencias

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La policía de Nigeria liberó anoche a más de 300 personas, en su mayoría niños, maltratados y encadenados por los tobillos en una supuesta escuela coránica en el estado norteño de Kaduna, según informaron este viernes fuentes policiales.

"Recibimos información de que algo sucedía en este centro. Al llegar aquí descubrimos que no se trata de un centro de rehabilitación ni de una escuela islámica", confirmó a la prensa tras el rescate el jefe de Policía de Kaduna, Ali Janga, en declaraciones recogidas por medios locales, que han calificado el lugar como "la casa de los horrores".

Muchos de los niños -en su mayoría procedentes de Burkina Faso, Mali y otros países africanos-, además de llevar cadenas en los tobillos, declararon haber sido violados torturados por sus profesores, al tiempo que eran obligados a recitar el Corán para "enderezarles", "corregirles" y "hacerles responsables".

"Ellos decían que nos enseñaban el Corán y el islam, pero hacían muchas cosas aquí. Obligaban a los más jóvenes a mantener relaciones homosexuales. Y aquellos que intentaban escaparse eran castigados severamente: les ataban y les colgaban del techo", explicó a la prensa local uno de los chicos liberados, Bello Hamza, de Brukina Faso.

Este menor también relató que durante su estancia en la supuesta escuela un compañero murió como consecuencia de las torturas infligidas por los profesores. "Otros murieron antes a causa de problemas de salud. Nos daban una alimentación muy pobre, solo comíamos dos veces al día", añadió.

Detenido el propietario

El propietario del centro, que fue detenido junto a seis de sus asistentes, aseguró que su única actividad era la enseñanza del islam, y rechazó como falsas cualquier acusación de "tortura, deshumanización y homosexualidad".

Según los investigadores, en el interior del local se halló una "cámara de tortura" donde los estudiantes eran encadenados y golpeados cuando los profesores consideraban que habían cometido una falta.

La operación policial se puso en marcha después de recibir repetidas denuncias de los vecinos, que sospechaban que algo anormal sucedía en el interior de la escuela.

La escuela, abierta hace una decena de años, albergaba estudiantes ingresados por sus familias para aprender el Corán, pero también asistían pequeños delincuentes o consumidores de drogas para "devolverles al buen camino". Se trata de un tipo de centro correccional muy habitual en el norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, en los que se dispensa una educación religiosa muy estricta.

Los padres de algunas de las víctimas originarias de Kaduna se declararon "horrorizados" al comprobar el estado de sus hijos. Las autoridades intentan ahora contactar con los familiares de los menores que son de fuera de esta ciudad. Según el régimen de la escuela, los padres podían visitar a sus hijos una vez cada tres meses.