ELECCIONES EN ISRAEL

Gantz aventaja por poco a Netanyahu con el 90% del voto escrutado

elecciones en israel ultraortodoxos

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Ana Alba

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Con el 95% del voto escrutado en Israel, la coalición centrista Azul y Blanco, de Benny Gantz, mantiene una ligera ventaja frente al derechista Likud del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu. Se mantiene pues el pulso entre los dos candidatos a dirigir el próximo Gobierno israelí.

Según datos del Comité Electoral Central, Azul y Blanco ha conseguido 33 escaños, uno más que el Likud. Los sondeos a pie de urna de las televisiones israelís tampoco señalaron ayer noche un claro ganador de las elecciones generales tan solo cinco meses después de las anteriores y de que el proceso acabara sin la formación de un gobierno y la convocatoria de nuevos comicios.

Las encuestas mostraron un empate técnico entre los dos principales candidatos. El sondeo de la cadena de televisión Kan señaló un empate a 32 diputados entre el Likud, el partido de derechas liderado por Netanyahu, y la coalición centrista Azul y Blanco de Gantz. Los canales 12 y 13, en cambio, dieron la victoria a Gantz, por 33 o 34 asientos frente a 32 para Netanyahu. El escenario es similar al de los comicios de abril.

La gran incognita ahora, sea cual sea el resultado final, si algunos de los dos candidatos son capace de formar las coaliciones necesarias por poder formar un gobierno.

Alternativas

Los árabes solo entrarían en un gobierno israelí o le darían su apoyo externo si se aceptaran sus peticiones, a las que no va a atender ninguna formación. Gantz dijo durante la campaña que no quería el apoyo árabe.

La llave la tendrá, probablemente, el exministro de Defensa Avigdor Lieberman, cuyo partido de ultraderecha, Israel Nuestro Hogar, tendría entre 8 y 10 escaños. Netanyahu no puede formar un ejecutivo sin los escaños de Lieberman y parece claro que éste no tiene intención de ofrecérselos.

Lieberman se mostró partidario durante la campaña electoral de un Gobierno de unidad entre el LikudAzul y Blanco y su partido, pero quizás exigirá que no esté liderado por Netanyahu. Otra posibilidad sería que el Likud y Azul y Blanco pactaran un Ejecutivo unitario.

Pero a juzgar por los dicursos que han pronunciado Netanyahu y Gantz ante sus simpatizantes en Tel Aviv, cada uno va a intentar formar Gobierno por su cuenta.

Unidad y reconciliación

Gantz subió al escenario del lugar donde se organizó el cuartel electoral de Azul y Blanco y prometió que trabajará para construir un "gobierno de unidad amplia" en Israel. "Debemos trabajar rápidamente" para reparar las divisiones en la sociedad israelí, indicó Gantz.

Israel "está herido y ha llegado el momento de curarlo (...) La unidad y la reconciliación están por delante", señaló el ex-general, e instó a sus rivales políticos "a trabajar juntos".

Gantz explicó que había hablado con los líderes de la coalición Laboristas-Gesher y de la Unión Democrática y Los tres acordaron reunirse pronto.

El líder de Azul y Blanco aseguró que tiene intención de llamar a Liberman pronto y que quiere hablar con "todos" los partidos.

"El viaje para reparar a la sociedad israelí comienza" esta noche, afirmó Gantz entre fervorosos aplausos de sus seguidores, que gritaban: "Aquí viene el próximo primer ministro de Israel".

"Por supuesto, esperaremos los resultados reales, pero parece que hemos cumplido nuestra misión" y "Netanyahu no", declaró Gantz.

Ataque a la Lista Conjunta árabe

El primer ministro israelí no tiene la misma sensación. Con voz ronca, pero con su contundencia habitual recalcó que Israel necesita "un gobierno fuerte, un gobierno estable, un gobierno sionista, un gobierno que esté comprometido con Israel como el Estado-nación del pueblo judío".

Ante los simpatizantes que se congregaron en la sede electoral del Likud, Netanyahu advirtió que "no puede haber un gobierno que confíe en los partidos árabes antisionistas, que alaban y glorifican a los terroristas, que matan a nuestros soldados, niños", en referencia a la Lista Conjunta árabe.

Desde el público, lo interrumpieron gritos de "no queremos la unidad", en referencia a un posible gobierno de unidad entre varias formaciones.

"Todavía estamos esperando los resultados. Pero una cosa está clara, el Estado de Israel se encuentra en un punto de inflexión histórico. Nos estamos enfrentando a inmensas oportunidades y desafíos, incluyendo la amenaza existencial de Irán", señaló Netanyahu.

Poder Judío, fuera

Los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas, habrían obtenido 7 y 8 escaños, respectivamente. La formación nacional-religiosa Yemina (Derecha), de estrema derecha, habría logrado 7 asientos en el Parlamento, pero el partido más extremo, Otzma Yehudit (Poder Judío) quedaría fuera de la Cámara. 

Las coaliciones de centro-izquierda del Partido Laborista con Ghesher y la Unión Democrática, liderada por Meretz, tendrían solo cinco escaños cada una.

Mayor afluencia a las urnas

La afluencia a las urnas ha sido mayor de lo que esperaban la mayoría de analistas, que auguraban una apatía de muchos electores reacios a votar en comicios repetidos que no se ha producido. Según los datos del Comité Electoral, la participación en los comicios de hoy ha sido del 69,4%, un punto por encima de la del 9 de abril.

Casi 6,5 millones de israelís han votado en 10.885 centros electorales instalados en todo Israel y en las colonias judías en los territorios palestinos ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania, así como en los Altos del Golán, zona siria ocupada.

Violación de la ley

"Espero que podamos cambiar al primer ministro. Quiero más igualdad y que se escuche a todo el mundo, no solo a algunos grupos", afirmaba Amnon Ramon, vecino de Jerusalén de 85 años, al salir de votar en un instituto del barrio de Rehavia.

"Ya no creo más en la división de derecha e izquierda, creo que hay gente preocupada por el país y otra más por ella misma. Netanyahu se está intentando salvar a él mismo", reiteró Ramon.

En cambio, Adina Messing, una enfermera de 25 años, madre de dos hijos, espera que Netanyahu vuelva a gobernar con la ayuda de partidos como el ultraderechista Yemina, el que ha votado para "crecer y construirnos como país judío y reconectar con nuestro pasado para conseguir un buen futuro".

La jornada electoral, que en Israel es festiva, ha transcurrido de forma pacífica, pero con pequeños incidentes, algunos protagonizados por Netanyahu, que ha violado la ley electoral al conceder dos entrevistas de radio. El mandatario se ha pasado el día llamando a los ciudadanos a votar para contrarrestar "la gran afluencia a las urnas en las zonas árabes y los bastiones de la izquierda".