CRISIS EN LA EXCOLONIA

Un himno para la revuelta de Hong Kong

Unos jóvenes entonan el himno 'Gloria a Hong Kong' en un centro comercial.

Unos jóvenes entonan el himno 'Gloria a Hong Kong' en un centro comercial. / periodico

Adrián Foncillas

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Nunca infló los pechos de orgullo el Dios salve a la reinabritánico y cualquier entusiasmo por La Marcha de los voluntarios La Marcha de los voluntarioschina se desvaneció muchos años atrás. Caían sus primeras notas días atrás en el partido clasificatorio de China contra Irán para el Mundial de fútbol cuando los hongkoneses contestaron con los rituales silbidos antes de repetir una escena decenas de veces vista en los últimos días: la multitud entonando el Gloria a Hong Kong, lo más parecido que ha tenido nunca la isla a un himno y la última aportación local al decálogo de cualquier revuelta civil en el siglo XXI.

Gloria a Hong Kong no ha cumplido un mes pero sus estrofas se cantan sin error. Un tal Thomas colgó una versión instrumental y un esbozo de la letra el 26 de agosto en uno de los foros frecuentados por los activistas con la petición de sugerencias y el resto llegó por aluvión. Solo cinco días después emergía en Youtube una versión que ya ha sido visualizada millones de veces.

Tiene el irresistible brío visual de todo lo relacionado con un movimiento que ha conseguido la atención mediática durante tres meses sin un solo muerto: una composición en crescendo dramático con una orquesta de jóvenes con sus icónicos cascos y máscaras mientras se suceden imágenes de manifestaciones, cargas contra la policía o la toma del Parlamento hasta que una nube de gas apaga la composición.  

Competición decibélica

El compositor lo ha calificado de marcha en el diario local antichino Apple Daily y, aunque persevera en el anonimato, no se ha mostrado inquieto por una hipotética persecución. "Preocuparte por ser castigado por cantar una canción que da voz a los deseos de la gente solo demuestra que el Gobierno está en profundos problemas", ha dicho. Cantar el himno, por supuesto, no es ilegal.

La letra no es un prodigio pero cumple su función épica. Llama a la lucha y al sacrificio sin ahorrar fluidos. "Reza por la democracia, por la libertad eterna, por el regreso de la gloria a Hong Kong", cantan estos días jóvenes y mayores con emoción desatada. Se canta en los estadios y frente a las comisarías, en los parques y en los centros comerciales.

Y se cantó en el Pico Victoria que remata la isla en el reciente Festival de Medio Otoño con los láseres apuntando al cielo. En algunas ocasiones su fervor patriótico ha despertado el de los prochinos y la escena ha terminado en una competición decibélica por imponer el himno propio. Es saludable que la tensión en los últimos días, después de tres meses de gases lacrimógenos y cócteles molotov, no haya ido más allá del karaoke.