21 de octubre

Trudeau convoca a elecciones en Canadá en donde se juega su futuro político

El primer ministro canadiense llega a este proceso electoral con la esperanza de reivindicarse entre los votantes, pero su imagen de reformador ha perdido fuerza

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El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, convocó a los canadienses a unas elecciones generales para el próximo 21 de octubre en las que se jugará su futuro político, tras cuatro años de Gobierno y después de haberse visto salpicado en los últimos meses por un escándalo político.

La convocatoria oficial de los comicios, que era esperada desde hace semanas, se materializó cuando Trudeau, acompañado de su esposa, Sophie Grégoire Trudeau, acudió a visitar en Ottawa a la gobernadora general del país, Julie Payette.  Trudeau solicitó a Payette, que ejerce como jefa de Estado en representación de la reina Isabel II de Inglaterra, la disolución de la Cámara Baja.

Convive con las masas

Hace exactamente tres años y 11 meses, Trudeau y Grégoire caminaron cogidos de la mano para reunirse con el entonces gobernador general del país, David Johnston, y asumir la jefatura del Gobierno, la primera vez que el hijo de un antiguo primer ministro, Pierre Trudeau, se hacía con el cargo.

Entonces, Trudeau se dio un baño de multitudes al permitir por primera vez que el público accediese a los jardines de Riddeau Hall, la residencia oficial del gobernador general de Canadá, a presenciar la ceremonia de toma de posesión.

Y también entonces, al ser preguntado por qué el 50 % de su Gabinete estaba compuesto por mujeres, el político pronunció desde la escalinata de Riddeau Hall su célebre respuesta, "porque es 2015", ante decenas de cámaras de televisión y periodistas llegados de todo el mundo.

Disminuye el entusiasmo

Cuatro años después, el fervor con que Trudeau fue recibido como representante de una nueva forma de hacer política, más positiva que los casi 10 años precedentes de Gobierno del Partido Conservador de Stephen Harper, ha desaparecido casi totalmente.

En este tiempo, Trudeau ha dejado atrás promesas como la reforma del sistema electoral, una petición histórica en muchos rincones del país o políticas medioambientales para luchar contra el cambio climático. Y sobre todo, en los últimos meses el escándalo de las presiones para favorecer a la mayor constructora del país, SNC-Lavalin han mellado su imagen de reformador, vocal defensor de la igualdad de las mujeres y de los indígenas.

A pesar de ello, tras reunirse con Payette, Trudeau retomó el tono de hace cuatro años y declaró ante los micrófonos que en las próximas elecciones los canadienses "tienen que tomar una importante decisión, volver a las políticas fallidas del pasado o seguir moviéndose hacia adelante".

Elecciones muy cerradas

Con las encuestas vaticinando que el Partido Liberal de Trudeau y el Partido Conservador de Andrew Scheer están empatados con un 33,8 % de intención de voto, ambas formaciones van a necesitar hasta el último sufragio para hacerse con la victoria.

Los liberales necesitan volver a motivar a los votantes de centroizquierda, mujeres y verdes, que captaron en 2015 para derrotar a los conservadores. Por este motivo, Trudeau y los liberales están basando sus esfuerzos iniciales en subrayar que cuestiones como el derecho al aborto o la lucha contra el cambio climático están en peligro si los conservadores llegan al poder.

Por su parte, Scheer se está esforzando en que los electores liberales no sientan deseos de acudir a los colegios el próximo 21 de octubre, al recordar que Trudeau no ha cumplido sus promesas y que, además, les ha engañado. El líder conservador reiteró ese mensaje antes de que Trudeau saliese de Riddeau Hall.