ULTRADERECHA EN BRASIL

Bolsonaro desata una ola de críticas al exaltar la dictadura de Pinochet

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. / periodico

Abel Gilbert

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a provocar una tormenta política. Los agravios contra la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michel Bachelet, expusieron al presidente brasileño a críticas internas y también del chileno Sebastián Piñera. Desde la prisión, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva calificó "vergonzosas" las palabras del capitán retirado, quien, además de atacar a Bachelet exaltó la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90). 

"Bolsonaro no se cansa de vomitar ignorancia y avergonzar a Brasil ante el mundo. Mi solidaridad con Bachelet y el pueblo chileno, que hoy tuvieron la memoria de sus muertos y desaparecidos violentada por este señor", dijo Lula.

La Alta Comisionada de la ONU había advertido sobre la "reducción de los espacios democráticos" en Brasil debido a la represión estatal. Bolsonaro no se demoró en responderle en un estilo retórico que solo es igualado por su colega norteamericano Donald Trump. Para el presidente, la dirigente socialista ha seguido "la línea" del francés Emmanuel Macron de "entrometerse en los asuntos internos y la soberanía de Brasil". 

Ella, añadió, "olvida que su país no es Cuba gracias a quienes tuvieron el coraje de detener a la izquierda en 1973".  Las palabras más duras las tuvo, sin embargo, contra su padre Alberto Bachelet, quien falleció tras el golpe de Estado del 11 de setiembre de 1973 como consecuencia de las torturas que recibió en prisión. Bolsonaro lo calificó de "comunista" y además publicó en las redes sociales una fotografía de Bachelet en sus días de gobernante junto con sus entonces homólogas Dilma Rousseff (Brasil) y Cristina Kirchner (Argentina).

Pinochetista de pura cepa

Pinochetista de pura cepaBolsonaro admira el modelo económico que a grandes rasgos persiste aun en Chile. De hecho, su primer viaje como jefe de Estado en funciones lo hizo a Santiago, donde fue recibido por Sebastián Piñera. El Gobierno de ultraderecha quiere imitar el sistema privado de pensiones vigente en ese país. Sin embargo, Piñera se vio obligado a tomar una moderada distancia del capitán retirado. "No comparto en absoluto la alusión hecha por el presidente Bolsonaro respecto a una ex presidenta de Chile y especialmente en un tema tan doloroso como la muerte de su padre", dijo.

No obstante, Piñera, que lidera el espacio conservador chileno pero se ha opuesto a Pinochet en el plebiscito de 1988, consideró que "toda persona tiene derecho a tener su propio juicio histórico" sobre los Gobiernos de Chile durante esos dolorosos años.

El portal chileno 'El Mostrador' estimó que el Palacio de la Moneda optó de esa forma por una declaración "ambigua". El diputado socialdemócrata Ricardo Celis opinió que el Gobierno le ha "prestado ropa (fue indulgente")  al mandatario brasileño. El exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el socialista José Miguel Insulza, hizo propia las definiciones de Lula y dijo que Bolsonaro "es una vergüenza para Brasil y para la región".

Señalamientos de Bachelet

Piñera le pidió a Bachelet que sus declaraciones sobre la violencia en Brasil sean "debidamente justificadas con los antecedentes y la evidencia que corresponde, las que no fueron públicamente acompañadas en esta ocasión".

Durante su presentación en Ginebra, la Alta Comisionada consignó lo que vienen repitiendo las organizaciones de derechos humanos brasileñas: "entre enero y junio de 2019, sólo en Río de Janeiro y Sao Paulo, se nos ha informado de 1.291 personas asesinadas por la policía, un aumento del 12 al 17 % comparado con el mismo periodo del año pasado".

Agregó además que la mayoría de las víctimas fueron habitantes de las favelas (barrios humildes) y afrodescendientes, todo en un contexto en el que florecen los "discursos que legitiman las ejecuciones extrajudiciales y la ausencia de rendición de cuentas". La ultraderecha brasileña, que había saludado el lapidario informe de Bachelet sobre la situación venezolana, la vio en este caso como una entrometida política. Para Bolsonaro, se erigió en una defensora de "vagabundos" y "atacar a nuestros valerosos policías y militares".

Por su parte, el exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza dijo que Bolsonaro "es una vergüenza para Brasil y para la región".