El aeropuerto de Hong Kong suspende de nuevo los vuelos por las protestas

El aeropuerto de Hong Kong ha cancelado de nuevo los vuelos por las protestas después de haber reabierto la actividad a las seis de la mañana, cuando ha retornado prácticamente a la normalidad, a pesar de que muchos vuelos seguían afectados por las cancelaciones de los últimos días. 

"Los servicios de facturación han sido suspendidos", ha anunciado la autoridad del aeropuerto, citando interrupciones causadas por protestas antigubernamentales que han sido ya tachadas de "brotes de terrorismo" por el Gobierno de China, que afronta una de las crisis más graves de las últimas décadas.

"Las operaciones de la terminal en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong se han visto seriamente interrumpidas como resultado de la asamblea pública en el aeropuerto hoy", dijo el portavoz, que agregó que el servicio de facturación para los vuelos que salen se ha suspendido desde las 16.30 hora local.

Cientos de manifestantes han regresado este martes al Aeropuerto Internacional de Hong Kong y han ocupado la zona de salidas, paralizando finalmente la actividad en el aeródromo, que ya el lunes se vio obligado a cancelar todos los vuelos por la incapacidad para realizar las operaciones de facturación y control. "El Aeropuerto Internacional de Hong Kong implementará la reprogramación de vuelos y con vuelos que se verán afectados", indica el aviso.

La aerolínea Cathay Pacific ha cancelado este martes más de 300 vuelos hacia y desde el aeropuerto. La compañía ha indicado que solo operaría un número limitado de vuelos. Emirates Airline y Virgin Australia también tenía vuelos programados a Hong Kong para este martes.

Manifestación disruptiva

Con la de este martes ya son cinco las jornadas consecutivas de protestas en el aeropuerto. "Estamos intentando detener los vuelos y, como ayer, bloqueamos toda la zona de salida para que quien quiera irse de Hong Kong no pueda hacerlo", ha explicado uno de los manifestantes, Joshua Wong, en declaraciones a la agencia DPA.

El aeródromo se ha convertido de esta forma en el principal epicentro de una protestas que comenzaron a principios de junio para reclamar la paralización de una ley que autorizaba la extradición de sospechosos a la China continental. La rebelión, sin precedentes en décadas, se ha endurecido con críticas al Gobierno de Carrie Lam, a la que han reclamado reformas más amplias.