DÍA NACIONAL DE FRANCIA

El Marty McFly francés

El campeón del mundo de motos de agua, Franky Zapata, durante el desfile del 14 de julio en París.

El campeón del mundo de motos de agua, Franky Zapata, durante el desfile del 14 de julio en París. / periodico

Eva Cantón

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Verle suspendido en el cielo parisino a escasos metros de la tribuna de autoridades, como si de repente se hubiera colado en escena un Iron Man con fusil, fue la gran sorpresa del desfile del 14 de julio. El protagonismo se lo llevó Franky Zapata, un marsellés de 40 años que renunció al sueño de ser piloto de helicóptero al ser daltónico pero ha logrado agitar el sector militar con un invento nacido para el deporte.

De adolescente, Zapata descubre pronto su pasión por las motos de agua –modalidad en la que ha llegado a ser campeón mundial- y tras pasar un tiempo en una escudería de la que le acabarían echando lanza su propia marca de jet sky en el 2008, a los 29 años.

Es en su taller al pie de las colinas del Rove, cerca de Marsella, donde crea en 2016 su Flyboard Air, esa especie de dron guiado por un joystick que pilotó en la fiesta nacional francesafiesta nacional francesa y de los que lleva vendidos más de 100.000 ejemplares en todo el mundo.

Una quincena de prototipos

La plataforma voladora nació un poco por casualidad. Para probar su moto acuática se imaginó que podía usar un tubo largo como el de los bomberos y luego pensó que si lo colocaba sobre una tabla y aprovechaba la fuerza de la lancha podía volar sobre el agua. “Un poco como Marty McFly en Regreso al futuro”, contaba hace años al diario Libération.

Una quincena de prototipos después Franky Zapata envía un primer correo a la Dirección de la Seguridad de la Aviación Civil (DSAC) para informarles del asunto. Nunca le respondieron. Mientras el vídeo que colgó en internet recibía más de 7,5 millones de visitas y el Ejército de Estados Unidos empezaba a hacerle ofertas, en Francia todo eran trabas burocráticas.

Hasta el punto de que en el 2017 barajó irse del país después de que los gendarmes fueran a buscarle porque los vecinos se quejaban de sus vuelos de prueba y la fiscalía abriera una investigación por carecer de permiso para volar. Al final, se llegó a un acuerdo para que pudiera hacerlo en el aeropuerto de Avinyó y se quedó en Francia.

Aplicación logística y de asalto militar

Un año antes, Zapata y su equipo se habían reunido en París con altos cargos del Ministerio de Defensa para aclarar el estatus legal del invento, en aquel momento poco menos que un ovni sin encaje en ninguna casilla de la aviación civil, y Zapata recuerda bien lo que le dijeron: "Haz tus pruebas, pero sin llamar mucho la atención. ¡No vayas a sobrevolar los Campos Elíseos a las dos de la tarde!”, le dijo a Libération.

Paradójicamente, tres años después de aquel encuentro, es exactamente lo que ha hecho La plataforma se abrió paso y a finales del 2018 Zapata fue invitado al Foro de Innovación de Defensa, donde el Ejército francés muestra las últimas novedades tecnológicas.

Fue allí donde el artilugio ideado por este nieto de español llamó la atención y logró una subvención pública de 1,3 millones de euros para su desarrollo. Según la ministra de Defensa, Florence Parly, los militares podrían usarlo como plataforma logística o de asalto.

Nuevo reto

La Flyboard Air está alimentada con keroseno y provista de cinco mini turboreactores que le hacen despegar del suelo. Soporta hasta 100 kilos de peso, alcanza 150 metros de altura y puede moverse a 140 kilómetros por hora durante seis minutos, según indica la web de la firma Zapata.

La máquina podría llegar a moverse a 200 kilómetros por hora a 3.000 metros de altura. El próximo reto de Zapata ya tiene fecha. El 25 de julio pretende atravesar el Canal de la Mancha, como lo hizo el pionero de la aviación Louis Blériot hace 110 años.