ESCÁNDALO EN EEUU

Dimite el secretario de Trabajo de Trump por el 'caso Epstein'

Donald Trump y Alexander Acosta.

Donald Trump y Alexander Acosta. / periodico

Idoya Noain

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Alexander Acosta, secretario de Trabajo de Donald Trump, ha presentado su dimisión este viernes al presidente de Estados Unidos. La decisión se explica en buena parte por el renovado foco que hay sobre la controvertida actuación de Acosta en el caso de Jeffrey Epstein, un famoso y bien conectado inversor que fue arrestado el sábado e imputado con cargos federales por explotación sexual de chicas menores de edad y con quien Acosta alcanzó un acuerdo generoso judicial por esos abusos en 2008 cuando era fiscal en Florida que permitió a Epstein evitar entonces los cargos federales.

La dimisión, no obstante, también es un triunfo para críticos en la Casa Blanca del único secretario hispano en la Administración Trump, incluyendo el jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney, y la hija y asesora del presidente, Ivanka Trump, que cuestionaban a Acosta por su supuesta lentitud en implementar la agenda de desregulación. A partir de la semana que viene, cuando se hará efectiva su salida, será sustituido en funciones por el actual número dos de Trabajo, Patrick Pizzella. Con él son ya cuatro los departamentos de la Administración que tienen a un máximo responsable interino.

Caída fulminante

La caída de Acosta, cuya actuación en 2007 y 2008 en la negociación del acuerdo benévolo con Epstein ya fue objeto de escrutinio durante las sesiones de su confirmación para el cargo en el Congreso, ha sido fulminante. El miércoles, cuatro días después de que Epstein fuera arrestado y tres después de la imputación de cargos federales, compareció en una rueda de prensa para tratar de explicar y defender su actuación como fiscal de Florida.

Acosta negó que esa aparición ante los medios hubiera sido reclamada, como aseguraron muchos medios, por Trump, cuya relación con Epstein también se ha puesto bajo los focos. Aunque esta semana el presidente asegura que tuvieron algún tipo de desencuentro hace 15 años y ha tratado de desvincularse de el financiero, en 2002 hizo unas declaraciones en las que describió a Epstein, amigo personal entre otros también de Bill Clinton y el príncipe Andrés de Inglaterra, como “un tipo estupendo” con el que compartía “el gusto por las mujeres bonitas” y al que le gustaban “tirando a jóvenes”.

Trump siguió con atención no solo la rueda de prensa de Acosta sino las reacciones posteriores, que incluyeron críticas de algunos republicanos, esfuerzos de líderes demócratas para abrir nuevas investigaciones en el Congreso y llamadas a que presentara la dimisión. Y la Casa Blanca ha dado a distintos medios versiones diferentes sobre la valoración del presidente, desde que pareció quedar “satisfecho”, según dijeron las fuentes de 'The Wall Street Journal', hasta que mantuvo su “escepticismo” sobre la continuidad de Acosta y empezó a preguntar qué debía hacer con él, en la versión de las fuentes de 'The Washington Post'.

La primera versión es la que se ha visto en público el viernes, cuando Trump y Acosta, han aparecido juntos en los jardines de la Casa Blanca para anunciar la dimisión. “Ha sido su decisión, no mía”, ha asegurado el presidente, que ha aplaudido a Acosta como “un gran secretario de trabajo, no (solo) bueno” y ha declarado que ha hecho “un trabajo fantástico”. El propio Acosta, por su parte, también ha asegurado que ha sido él quien ha decidido abandonar. “No creo que fuera justo o adecuado que el foco en el Departamento de Trabajo sea Epstein en lugar de la increíble economía que tenemos hoy”, ha declarado. “Sería egoísta por mi parte seguir en el cargo y seguir hablando de un caso que data de 12 años atrás”.

Oposición interna

Dentro de la Casa Blanca, en cualquier caso, Trump ha escuchado numerosas voces críticas con Acosta, y no precisamente por su actuación como fiscal en Florida hace más de una década en el caso Epstein. Mulvaney, el jefe de gabinete de Trump (también en funciones), ha cuestionado duramente a Acosta por lo que veía como demasiada lentitud al impulsar la agenda de desregulación que promueve Trump. Esas críticas también han llegado desde parte de la comunidad empresarial y desde sectores como la minería, donde directivos como Robert Murray, responsable de la mayor compañía de carbón de EEUU, han llegado a definir a Acosta de "terrible".

También Ivanka Trump estaba enfadada con el ritmo de Acosta para poner en marcha proyectos que ella impulsa, como un programa para prácticas en el sector privado que el secretario de Trabajo saliente tardó dos años en diseñar. En junio una información en Politico aseguraba que la hija del presidente estaba “harta” de Acosta.