DISTURBIOS EN LA CIUDAD ESTADO

"No tenemos otra opción que infringir la ley"

Los manifestantes de Hong Kong entran en el Parlamento tras una batalla campal

Manifestantes en el interior del Parlamento de Hong Kong.

Manifestantes en el interior del Parlamento de Hong Kong. / periodico

AFP

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"Sabemos que estamos infringiendo la ley, pero no tenemos otra opción". Los jóvenes manifestantes de Hong Kong que han irrumpido en el Parlamento y manchado con pintura negra el interior del recinto están preparados para hacer cualquier cosa para que el Gobierno escuche sus reivindicaciones. Con la acción de hoy han dado un paso más en el incremento de la tensión, trasladando a las instituciones las multitudinarias manifestaciones que hasta ahora convocaban en las calles para tratar de revocar el polémico proyecto de ley que prevé aprobar el Gobierno para permitir la extradición a la China continental.

Después de un par de días de relativa calma, el aniversario del regreso de Hong Kong a China, el 1 de julio de 1997, fue una ocasión para escenas sin precedentes de caos y violencia. Mientras una enorme ola de manifestantes vestidos de negro desfilaban silenciosamente bajo un sol abrasador para exigir reformas democráticas cada año, otros manifestantes irrumpían en el Parlamento.

Los manifestantes derribaron las puertas del edificio y desplegaron la bandera de la antigua potencia colonial británica, arrancaron los retratos de los líderes de la megalópolis y tiñeron las paredes de grafitis con pintura negra. "No hay disturbios violentos, solo tiranía", también se podría leer en una de las pancartas desplegadas por los manifestantes.

Texto suspendido

El Gobierno suspendió el texto sobre extradiciones, pero los manifestantes exigen que se retire de forma definitiva, la renuncia de la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, y la retirada de las acusaciones contra los manifestantes arrestados. En virtud del acuerdo de retrocesión, Hong Kong disfruta de libertades desconocidas en el resto de China, en teoría hasta el 2047, bajo el principio de "un país, dos sistemas". Pero cada vez más, Hong Kong siente que Pekín está aumentando su control sobre este territorio semiautónomo.

"No estoy de acuerdo con el uso de la violencia", dice Cheung, un activista de 24 años. Pero el "Gobierno no nos da la opción, no tenemos nada que hacer sino luchar. Somos jóvenes, así que no tenemos miedo. Sabemos que estamos violando la ley, pero no tenemos otra opción", añade.