EL INICIO DE LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Huracán Kamala Harris

La senadora fue la más destacada en la primera ronda de los debates entre los candidatos demócratas a las primarias

Kamala Harris, senadora por California que aspira a convertirse en candidata por el Partido Demócrata.

Kamala Harris, senadora por California que aspira a convertirse en candidata por el Partido Demócrata. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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Tras muchos meses de carretera y política minorista, como se llama en Estados Unidos a los pequeños actos celebrados por los candidatos en restaurantes o graneros para darse a conocer, reclutar voluntarios y levantar una estructura organizativa en los estados donde comienzan las primarias, la carrera demócrata entró la semana pasada en una nueva fase con el inicio de los debates televisados.

El primer asalto confirmó que Elisabeth Warren va en serio y que Joe Biden sufrirá para mantener su estatus de favorito. Pero también sirvió para dar a conocer a esos candidatos de la segunda línea que encarnan el relevo generacional y la promesa de lo nuevo. El congresista Julián Castro, el alcalde Pete Buttigieg y el senador Cory Booker reclamaron protagonismo, pero nadie acaparó tantos elogios como Kamala Harris

Orgullo afroamericano

La senadora de 54 años pertenece a esa América multicultural y mestiza cada vez más predominante. Nació en Oakland, a las afueras de San Francisco, en el seno de una familia de inmigrantes. Su madre (doctora) había llegado desde la India y su padre (economista) desde Jamaica. Sus caminos se cruzaron en la Universidad de Berkeley, y Harris acabó mamando en casa el orgullo afroamericano después de que sus padres se involucraran en los derechos civiles y entendieran que, de puertas afuera, su hija iba a ser solo una chica negra, con todo lo que eso implica. La senadora mantiene que nunca que tuvo que lidiar con los conflictos de identidad que marcaron el tránsito a la madurez de Barack Obama. Se define simplemente como "una americana orgullosa". 

Su condición racial le sirvió para arrollar a Biden en el debate del jueves, en el que cuestionó su oposición a la integración de los autobuses escolares en los años setenta o unas recientes declaraciones del exvicepresidente en las que presumió de su trato con dos antiguos senadores segregacionistas para ilustrar su capacidad de entenderse con los republicanos. "Siendo como soy la única persona negra en este plató, me gustaría hablar sobre el tema de la raza", dijo el jueves antes de desplegar su argumento con pasión y la dosis justa de indignación moral. En las 24 horas posteriores, recaudó 2 millones de dólares en donaciones, una cifra nada desdeñable que confirma el músculo financiero que demostró en el trimestre anterior, cuando se situó segunda solo por detrás de Bernie Sanders en la recadación de fondos.

Apoyo al 'impeachment'

Harris es prácticamente nueva en el Senado, donde aterrizó hace dos años tras una larga carrera en el Ministerio Público de California, donde fue también fiscal general. Una etapa en la que demostró ser una equilibrista, capaz de contentar a los grandes donantes al tiempo que abogaba por la reforma del sistema penal, un desempeño con claroscuros a tenor de sus críticos, que la acusan de haber adoptado decisiones demasiado duras que contradicen su voluntad reformista. En la Cámara alta no ha tardado en hacerse un nombre con sus preguntas incisivas a miembros destacados de la Administración de Donald Trump. Harris apoya también el 'impeachment' del presidente y el llamado 'Green Deal'.

Antes del debate del jueves, las encuestas la situaban en cuarto lugar con cerca del 8% de respaldo nacional, lejos todavía de la cabeza y de las expectativas que levantó al lanzar su campaña en el aniversario del nacimiento de Martin Luther King. Como le sucedió a Obama durante su ascenso al poder y sus años en la Casa Blanca, Harris ya ha descubierto que tendrá que lidiar con los prejuicios raciales.

Desde la derecha ha empezado a cuestionarse su legitimidad de forma semejante a cómo hizo el ‘Birther Movement’ con Obama para cuestionar que hubiese nacido en EE UU, la teoría conspiratoria que le sirvió a Trump para ser parte de la conversación política cuando era solo un hombre del espectáculo. 

Poco después de que acabara el debate del jueves, su hijo Don Junior retuiteó a un comentarista conservador negando que Harris sea afroamericana. "Kamala Harris sugiere ser descendientes de esclavos afroamericanos. No lo es. Procede de esclavistas jamaicanos. Está bien, pero no es una negra americana. Punto". Don Jr. añadió "¿es verdad esto? Wow", antes de que la controversia se disparara y acabara borrando el tuit. 

A Harris también le han llovido las críticas desde el entorno de Joe Biden. Sus aliados sostienen que sus ataques durante el debate fueron "golpes bajos" y la acusan de haber manchado la reputación del exvicepresidente por pura "ambición". Ella ha preferido vadear las polémicas para aprovechar el impulso del primer debate, en el que confirmó que tiene tablas y discurso para plantear una seria batalla.