LA IGLESIA Y EL GIGANTE ASIÁTICO

China y el Vaticano estrechan lazos a través del arte

Las relaciones entre ambos Estados, que se han ignorado durante los últimos 60 años, han mejorada de manera significativa y no se descarta que establezcan relaciones diplomáticas

El Papa Francisco junto con peregrinos chinos durante una audiencia general en la plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Papa Francisco junto con peregrinos chinos durante una audiencia general en la plaza de San Pedro en el Vaticano. / periodico

Rossend Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La exposición 'La belleza nos une', abierta el pasado martes en el Palacio Imperial de Pekín, en la Ciudad Prohibida, incluye 90 objetos de arte chino perteneciente a los Museos Vaticanos. El diario 'Global Time', controlado por el Partido Comunista Chino (PCC), fue el encargado de dar a conocer la apertura de la exhibición, un hecho relevante puesto que China y el Vaticano mantienen una relación tensa desde 1951

La muestra es un paso más en el lento acercamiento entre las dos diplomacias más antiguas del mundo, que se ignoran desde hace más de 60 años. La disputa entre el Vaticano y el régimen chino comenzó tras la expulsión del nuncio del Vaticano de Pekín -durante la victoria de los comunistas en 1957- que fue obligado a trasladarse a Taiwán, la isla rebelde donde se habían afincado los "nacionalistas". Desde entonces, existe en China una iglesia católica nacionalizada y otra clandestina, aunque esta terminología ha sido prácticamente abandonada desde Benedicto XVI. 

Si los estadounidenses Richard Nixon y Henry Kissinger empezaron a descongelar las relaciones con la China comunista de Mao Ze Dong con un campeonato de ping-pongel <strong>Vaticano</strong> y <strong>Pekín </strong>lo están haciendo con <strong>pinturas</strong>libros sobre la historia de las plantas, la prestación de objetos artísticos y la organización de simposios científicos comunes. Cualquier detalle constituye un acercamiento que, según fuentes oficiales, podría desembocar en el futuro más inmediato en el establecimiento de relaciones diplomáticas formales e incluso en un viaje de Francisco a la capital china. Otro detalle dentro de esta aproximación fue la autorización del Gobierno de Xi Jinping para que el Papa sobrevolase el espacio aéreo chino durante su viaje a Corea del Sur.

Estructura jerárquica

Sin embargo, el problema de fondo y más importante es que el régimen chino no acepta que una organización o institución de su país sea “gobernada” desde el extranjero, como sucede con la estructura jerárquica de la iglesia católica. Tras años de exposiciones y congresos en ambos Estados, el pasado septiembre, las dos partes firmaron un acuerdo considerado “provisional” sobre el <strong>nombramiento de obispos</strong>, que deben ser elegidos por el Papa de Roma, pero que en la iglesia nacionalizada son designados por un departamento del Gobierno de Pekín. El Vaticano no ha revelado la fórmula elegida para nombrar a sus obispos chinos, aunque existen indicios de cómo se llevaría a cabo.

El modo de hacerlo podría constituir una revolución de cara a la reintroducción de la “democracia” en el seno de la Iglesia. Los sacerdotes de una diócesis, más los representantes de monjas y laicos de la misma, propondrian a un aspirante a obispo, las autoridades chinas darían su visto bueno y el Papa decidiría. De no cumplir con las características pertinentes, se volvería a empezar la rueda de elección hasta dar con el candidato adecuado. Si la nueva fórmula funciona, sería la primera vez que China reconoce al Papa de Roma como guía espiritual.

Acercamiento cultural

La exposición no es el primer acto cultural de acercamiento entre China y el Vaticano. Hace dos años, ambos Estados organizaron un congreso en Pekín sobre “la filosofía de la belleza” que fue retransmitido por 'China Central TV' y que tuvo una audiencia de 100 millones de espectadores. De vez en cuando, algún obispo chino que nunca había logrado salir del país,  participa en determinadas actividades vaticanas. Dentro del seminario católico de Pekín, estudian juntos los aspirantes a cura procedentes de la iglesia nacionalizada y la clandestina.

Sin embargo, no todos comparten la línea de Ratzingher Francisco. “Parolin [Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano], tiene que dimitir, no creo que tenga fe, es solamente un buen diplomático en el sentido civil y mundano”, ha dicho Joseph Zen, obispo jubilado de Hong Kong y gran opositor del régimen chino actual. En los mismos días, Parolin respondía que “el objetivo de la Santa Sede es ayudar a las iglesias locales para que vivan en condiciones de mayor libertad”. Y añadió que “si el Gobierno no fuera comunista y respetase la libertad religiosa, no sería necesario negociar, porque ya tendríamos lo que queremos”.