ENCUENTRO EN OSAKA

EEUU y China sopesan darse una tregua en su guerra comercial

La crisis en Hong Kong quedará aparcada en la agenda del G-20 ante el temor de las potencias de soliviantar al gigante asiático

trump y xi

trump y xi / periodico

Adrián Foncillas

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El movimiento prodemocrático hongkonés mira a la cumbre del G-20 que empieza este viernes en su búsqueda de apoyos contra Pekín. No será fácil que el asunto hongkonés se cuele en la agenda de Osaka, con la presión china por esconderlo bajo la alfombra por un lado y el matizado entusiasmo mostrado por Donald Trump por el otro. Las informaciones filtradas por Pekín y Washington sugieren una inminente tregua en la guerra comercial que recomienda alejar cualquier asunto perturbador.

Los jóvenes han subrayado esta semana su estrategia por internacionalizar el conflicto. Un millar de activistas vestidos de negro y con los icónicos paraguas se dividieron en grupos para entregar una carta con sus peticiones democráticas a una veintena de consulados. La iniciativa reveló las precauciones globales por no irritar a China. Los responsables de las delegaciones británicas y alemanas la recibieron personalmente mientras el resto envió a funcionarios.

El movimiento autodenominado democrático también ha comprado una página de publicidad en el 'Financial Times', 'New York Times', 'Washington Post' y otra decena de medios globales que será publicada en el inicio de la cumbre de Osaka para acercar el conflicto a la audiencia internacional. El pago se sufragará con los casi 800.000 euros que 22.000 personas han donado en una campaña de 'crowdfunding'.

Tema interno de China

Pekín ya ha aclarado que impedirá cualquier alusión a un tema que considera propio. “Hong Kong es una región administrativa especial de China. El asunto hongkonés es puramente un tema interno de China y ningún país extranjero tiene derecho a intervenir”, afirmó esta semana el Ministerio de Exteriores. No es probable que Trump pretenda airearlo. El presidente estadounidense se ha limitado a calificar las protestas en la isla como “eficientes” y sugerido que ya tiene suficientes pleitos con China. Trump y Xi Jinping, su homólogo chino, hablaron al día siguiente por teléfono y, según el registro oficial de la Casa Blanca, no mencionaron a Hong Kong.

La sintonía parece recuperada entre las dos grandes potencias tras fragorosos meses y conviene evitar enfurecer a China. La Casa Blanca también ha acabado con los flirteos con Taiwán, otro asunto que Trump utiliza cíclicamente para presionar a Pekín. Según el periódico 'The Wall Street Journal', el presidente reaccionó con ira cuando supo que un enviado de la Casa Blanca había viajado recientemente a Taipei para cerrar una venta de armas por 2.000 millones de dólares. “¿Quién coño es ese tipo?”, habría preguntado a sus asesores.

En las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que la Casa Blanca enterrara el acuerdo por el que confiere un trato aduanero especial a la excolonia. Ese acuerdo de 1992, que ha protegido a Hong Kong de las sanciones económicas al continente, está supeditado a la “autonomía suficiente” de la isla. El sector republicano más beligerante contra China defiende que el intervencionismo creciente de Pekín en Hong Kong recomienda jubilar ese trato de favor.