Crisis energética

Argentina busca respuestas a un apagón histórico

Ciudadanos argentinos asisten a votar en las elecciones a gobernador de la provincia de Santa Fe durante el apagón.

Ciudadanos argentinos asisten a votar en las elecciones a gobernador de la provincia de Santa Fe durante el apagón. / periodico

Abel Gilbert

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Argentina se quedó sin luz y extendió el manto de oscuridad a su vecina Uruguay por siete horas. Nunca un corte eléctrico había atravesado a todo el territorio nacional y de modo simultáneo. Fue un  domingo febril, desconcertante, que millones de personas sobrellevaron como pudieron, entre la espera, la resignación y la intranquilidad. El secretario de Energía, Guillermo Lopetegui, aseguró a media tarde que el servicio se había restablecido en un 60% y que se esperaba su normalización completa "lo antes posible". Pero a las siete de la mañana (las 12.00 horas en España) casi nada funcionaba. El presidente, Mauricio Macri, tuvo que interrumpir su solaz en la finca Los Abrojos. "Apagón generalizado. Histórico", dicen que le dijo Lopetegui y el mandatario enmudeció.

"Blackout" fue la palabra más usada. Las empresas responsables del suministro energético balbucearon. Apenas reconocieron, al igual que el Lopetegui, lo inédito de la situación.  La falta de informaciones oficiales detalladas dio en principio pie a la propagación de rumores sin fundamento. Como no podía ser de otra manera, en las redes sociales hasta se invocó la hipótesis del sabotaje. “Con el final de la serie Chernobil fresco en la cabeza uno imagina finales terribles”, dijo el diario Clarín al comentar el estado de inquietud colectiva.

Según el portal Infobae, fue entonces cuando Macri dio instrucciones para que se comunicara a la opinión pública de manera inmediata lo que podría haber pasado. "El presidente asume que ya está en campaña electoral [con vistas a los comicios de octubre] y no quiere ofrecer un flanco político al kirchnerismo", añadió el medio. "Estamos trabajando para que todos puedan tener energía lo antes posible", atinó a explicar el jefe de Estado a través de Twitter.

Añadió que el corte se produjo "de manera automática" y "sin intervención humana". Desde la oposición reprocharon que hubiera reaccionado tan tarde y cuando los resquemores atravesaban a buena parte de la sociedad. De hecho, Alberto Fernández, el principal candidato a presidente de la oposición, no se demoró en reprocharle al Gobierno de derechas su falta de reflejos. "Hace falta sentido de la responsabilidad y conocimiento de lo que pasa en el país", dijo y recordó que, en diciembre de 2013 y ante un corte parcial en una zona de la capital, el entonces alcalde Macri había atribuido el percance al "fracaso de la política energética" de Cristina Kirchner.

Error

Lo que colapsó, dijeron finalmente las actuales autoridades, fue el llamado Sistema Argentino de Interconexión eléctrica (SADI), la red que desde el 2006 enlaza con líneas de alta tensión a las principales centrales de la Argentina con los usuarios finales. Especialistas citados por distintos medios coincidieron en que las tormentas en el litoral noroeste afectaron las presas estratégicas de Yacyretá-Salto Grande. Cada planta energética,  explicaron, tiene un mecanismo conocido como Desconexión Automática de Generación (DAG). Lo que nadie esperaba es que se activara en cada central en una suerte de efecto dominó.

Pasadas las diez de la mañana, la luz volvió a parte de los hogares de la zona oeste del país y al extremo austral. "La situación del 50% de los usuarios se encuentra normalizada", dijo Macri. El dirigente prometió que "con el correr de las horas se restablecerá el servicio para todos".  Pero eso ocurrió hasta las 14.00 horas en la capital y la periferia bonaerense, donde residen más de siete millones de personas. Santa Fe, Formosa, San Luis y Tierra del Fuego, escenarios este domingo de importantes elecciones provinciales, pudieron retomar el ritmo de sus comicios. Por un momento se discutió suspenderlos. Montevideo y los principales departamentos uruguayos volvieron a funcionar normalmente después del mediodía.

Con el transcurrir del domingo se supo que no solo el clima y las fuertes lluvias habían jugado una mala pasada. Los problemas en el sistema de interconexión eléctrico comenzaron por una falla en el empalme entre las centrales de Yacyretá y Salto Grande. De acuerdo con el diario Clarín, existió una “alerta” ante esa irregularidad "que debería haberse notado, pero no sucedió, algo que en el Gobierno admiten como un error". Macri prometió investigar "a fondo" las circunstancias que llevaron a millones de argentinos a quedarse sin luz.  Lopetegui reconoció que en 15 días tendrán un panorama completo de lo acontecido, aunque se atrevió a adelantar que se trata de algo "muy grave" y que requiere una respuesta clara del Estado. "No podemos dejar al país sin electricidad de un momento para otro", dijo. El Gobierno no descarta sanciones una vez que se conozcan las causas del domingo negro. "Existe en el marco regulatorio un protocolo de análisis de falla para el cual las empresas tienen que presentar un informe de qué ocurrió. A partir de ese momento, sabremos cómo ocurrió este evento extraordinario que no debería volver a ocurrir", expuso Lopetegui.

Preocupación

"Esto podría haber sido una catástrofe descomunal", se señaló. "Por suerte ocurrió en horas muy tempranas", dijo Daniel Russo, subsecretario de Operaciones de Protección Civil. Russo negó que mientras duró la oscuridad se hubieran presentado problemas en hospitales públicos. "Las terapias intensivas funcionan con generadores de energía", dijo.

El desconcierto fue mayúsculo durante más de siete horas y abrió preguntas que no encuentran respuestas convincentes. Algo provocó un módico alivio: el megacorte tuvo lugar un domingo y en vísperas de un día no laborable. Pero pudo ocurrir en plena semana, con el país en pleno funcionamiento. Las escenas de personas atrapadas en ascensores de edificios sin generación propia de electricidad, fábricas paralizadas y comercios con las persianas bajadas por más de un día provocaron escalofríos.

Un precedente apocalíptico

Hace casi 20 años, unos 600 habitantes de la capital argentina se quedaron <strong>durante 11 días sin luz. </strong>Esta última situación pudo repetirse a lo largo de todo un país. Al menos eso se temió. El Gobierno rechazó esa hipótesis y destacó la robustez del sistema energético pese al apagón. El miedo a un escenario semejante activó en millones de argentinos una especie de<strong> sentido anticipado de la supervivencia: </strong>comprar alimentos en los negocios que habían abierto, cargar los teléfonos celulares con los adaptadores USB para los mecheros de los automóviles e, incluso, exhumar las viejas radios a baterías de nueve voltios para mantenerse informado ante las eventuales emergencias. No faltaron tampoco los que comenzaron a acumular agua en cubos frente a la posibilidad de que el servicio dejara de funcionar por varios días.spiece.