LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Rusia retira las acusaciones contra el reportero Golunov

El ministro del Interior cierra el caso del periodista por "falta de pruebas", procede a su liberación, releva a altos cargos policiales y suspende a los agentes que participaron en su arresto

Ivan Golunov.

Ivan Golunov. / periodico

Marc Marginedas

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Ha sido una victoria completa del movimiento de protesta que su detención, la pasada semana, generó entre el estamento periodistico y la ciudadanía. El ministro del Interior ruso, Vladímir Kolokóltsev, ha ordenado la liberación del periodista de investigación Iván Golunov, acusado de tráfico de drogas y en arresto domiciliario desde el pasado sábado, en un caso que su entorno calificaba de "fabricado". Además ha informado que los agentes relacionados con la operación policial serían suspendidos mientras se llevaba a cabo una investigación interna.

Horas más tardes, un Golunov visiblemente emocionado salía de la comisaría del centro de Moscú donde se le había retirado el dispositivo que llevaba alrededor del tobillo, entre los vítores cientos de seguidores. "Voy a seguir haciendo el trabajo que hacía porque necesito justificar la confianza que han depositado en mi la gente que me ha apoyado", ha declarado. En su domicilio, en la avenida Profsoyúznaya, un barrio humilde del suroeste de Moscú, su madre, Svetlana, ofrecía pastel a los periodistas que montaban guardia.     

Todas las acusaciones contra el reportero han sido retiradas por "falta de pruebas", según ha admitido el propio ministro. "Creo firmemente que los derechos de todos los ciudadanos deben ser respetados", ha destacado Kolokóltsev. La detención de Golunov había suscitado una inusitada ola de solidaridad, con cientos de ciudadanos turnándose ante las sedes del ministerio con pancartas que exigían su liberación. Paralelamente, la prensa independiente e incluso numerosos profesionales que trabajan en los medios proguberamentales criticaban lo que consideraban una detención arbitraria de su colega, planeando acciones coordinadas exigiendo su liberación. 

'Meduza', la página online en la que trabaja Golunov, ha acogido la noticia con euforia, publicando una declaración conjunta de cinco compañeros y allegados, entre los que se encontraban Galina Timchenko, la presidenta, el director, Iván Kolpakov y el exdirector del semanario independiente 'Nóvaya Gazeta', Dmitri Murátov. "El caso de Iván Golúnov ha sido cerrado; es el resultado de una campaña internacional sin precedentes de solidaridad de periodistas y ciudadanos; hemos conseguido lo que parecía increíble", han proclamado. Al mismo tiempo, han desconvocado la manifestación de protesta, prevista este miércoles en el centro de Moscú, y a la que la alcaldía se había negado en redondo a dar su visto bueno, y han prometido continuar trabajando para identificar a las personas que "han organizado la operación de fuerza contra Golúnov".

Numerosos reportajes de investigación

Este reportero de investigación es autor de numerosos reportajes de investigación que han podido molestar en algunos sectores del poder. Para presionar en favor de su puesta en libertad,  'Meduza' había liberado los derechos de autor de sus trabajos, permitiéndo que fueran reproducidos en otras publicaciones. El bloguero anticorrupción Alekséi Navalny, la principal figura de la oposición en Rusia, ha barajado la posibilidad de que su arresto estuviera relacionado "con una investigación aún no publicada sobre los vínculos corruptos entre el Servicio Federal de Seguridad en Moscú (FSB, ex KGB) y el GUP Ritual", el servicio funerario para la capital y la colindante región de Moscú, calificado por el autor del post como la 'mafia funeraria'".

Lo que sí está claro que el caso Golunov ha puesto al descubierto, y con toda su crudeza,  la práctica recurrente de la policía rusa de colocar narcóticos a detenidos inocentes para encausarlos, algo que en la inmensa mayoría de las ocasiones sucede en silencio y sin ser denunciado. Y la controversia que ha suscitado la operación provocará sin duda en los días a venir destituciones en los altos mandos de las fuerzas de seguridad, tal y como han venido exigiendo los participantes en las protestas de los últimos días. El propio ministro ha anunciado que propondría a Putin el relevo, entre otros, del comisario responsable de la brigada antinarcóticos de Interior en Moscú, Yuri Debiatkin.

La reacción de solidaridad ha sido histórica y puede marcar un antes y un después en las relaciones entre el poder y la prensa en Rusia. Muchos observadores consideran que, a partir de ahora, se reducirá la percepción de impunidad entre la élite a la hora de presionar y acosar a reporteros y medios de comunicación que difunden informaciones molestas para altos funcionarios o miembros del Gobierno.      

              

       

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