LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN RUSIA

La prensa independiente rusa reacciona al unísono contra el arresto de Golunov

Los diarios RBK, Kommersant y Védomosti han publicado la misma portada en apoyo a Golunov.

Los diarios RBK, Kommersant y Védomosti han publicado la misma portada en apoyo a Golunov. / periodico

Marc Marginedas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para la baqueteada prensa independiente de Rusia, ha sido la gota que ha colmado el vaso. En una respuesta histórica sin precedentes, las tres principales publicaciones rusas relativamente alejadas de posiciones progubernamentales -RBK, Kommersant y Védomosti- han publicado este lunes un durísimo editorial conjunto en el que denuncian las irregularidades que han rodeado el arresto del reportero de investigación Iván Golunov, en prisión domiciliaria bajo la acusación de tenencia y tráfico de drogas, además encabezar sus ediciones con una idéntica portada presidida por un elocuente titular: "Somos Iván Golunov".

"No consideramos que la presentación, por parte de la investigación, de las pruebas sobre la culpabilidad de Iván Golunov sea convincente, por el contrario las circunstancias de su detención sugieren nuevas dudas acerca de la posibilidad de que la ley haya sido violada durante el proceso de investigación", han denunciado conjuntamente. Con estas palabras, las direcciones de los tres medios liberales dan credibilidad a la versión de los allegados y jefes del encausado, quienes aseguran que las drogas fueron colocadas por las propias fuerzas de seguridad. Los tres diarios han exigido además la "máxima transparencia" en todo lo relacionado con el caso y han advertido de que seguirán "con gran atención el desarrollo de la investigación". Lo que le suceda al periodista "no es solo importante para los periodistas de Rusia, sino para toda la sociedad rusa", han concluido. 

Al clamor de la prensa independiente también se han unido algunas voces de los medios progubernamentales, como la de Irada Zeinalova, una presentadora del canal NTV, en su día pionero de la televisión independiente en este país, peró que cayo en la órbita del Kremlin en el 2001, al poco de llegar Vladímir Putin al poder, al ser absorbida su propiedad por el monopolio del gas Gazprom en un controvertido proceso. "De nosotros depende qué país tendremos, si seremos ciudadanos o no", ha declarado la periodista al servicio en ruso de la BBC. 

El caso, a Estrasburgo

La decisión de la justicia de poner al periodista bajo arresto domiciliario y no enviarlo a un centro de detención preventiva ha sido interpretado como una primera victoria por los participantes en las acciones de protesta durante el fin de semana. Ahora, los líderes de la campaña se plantean cómo mantener la presión en las semanas a venir. Sus abogados, encabezados por Dmitri Dzhulai, ya han anunciado que llevarán el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos del Hombre (TEDH), dado que durante el largo interrogatorio al que estuvo sometido Golunov no se le permitió "ni comer ni dormir". 

Para el proximo 12 de junio, día festivo en Rusia por conmemorarse la declaración de soberanía del país respecto a la URSS en 1990, ha sido convocada una gran manifestación de protesta en Moscú. Sus organizadores, entre los que se encuentra Andréi Kovalev, redactor jefe de ROMB, un servicio de noticias audiovisuales por internet, ya han anunciado que no tienen intención alguna de solicitar autorización previa a las autoridades.   

A medida que pasan las horas, se van conociendo más detalles de las anomalías que han rodeado las primeras horas del arresto del reportero y la subsiguiente investigación. El Ministerio del Interior se ha visto obligado a reconocer que ocho de las nueve fotografías presentadas como prueba y en las que se mostraba supuestamente un laboratorio de producción de narcóticos no pertenecían al piso del encausado. Preguntado por ello, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, se ha limitado a decir: "los fallos suceden; incluso los periodistas también cometen errores". Además, según ha denunciado el letrado Dzhulai, cuando los agentes le acompañaron a hacer el registro en su domicilio, el acusado permaneció unos 20 minutos a bordo del vehículo policial mientras los primeros entraban en el apartamento, dándoles tiempo a manipular sus hallazgos.