21 oficiales muertos

Bukele dice que los opositores pagan a las pandillas para que maten policías

El presidente de El Salvador acusó a funcionarios del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de estas acciones para desestabilizar a su Gobierno

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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusó a "dos altos funcionarios" del partido izquierdista opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de financiar a las pandillas para que ataquen a policías y desestabilizar a su Gobierno.

"Hay información de las tres agencias de inteligencia del Estado de que dos altos funcionarios del FMLN están financiando a las pandillas a cambio de atacar objetivos de la Policía, para desestabilizar al Gobierno", publicó Bukele en sus redes sociales.

Asesinatos de policías

El mandatario hizo estas acusaciones, sin revelar los nombres de los supuestos involucrados, después de que el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza, informara esta tarde del asesinato de un policía.

Se trata del segundo agente asesinado en El Salvador desde que Bukele asumió la presidencia del país centroamericano el 1 de junio y con él suman al menos 21 los policías abatidos en lo que va de año. "Están jugando con fuego y se van a quemar", afirmó Bukele, quien etiquetó en la publicación a la Fiscalía General de la República (FGR).

Por su parte, el ministro salvadoreño de Seguridad, Rogelio Rivas, anunció en la misma red social que trabajará "sin descanso para desmantelar esa red de delincuentes" y "llevarlos ante la Justicia".

Violencia contra uniformados

Este homicidio eleva los asesinatos de policías al menos a 21, a los que se suman las muertes violentas de 12 efectivos de la Fuerza Armada y un custodio penitenciario, en lo que va de 2019. Durante 2018 resultaron muertos en El Salvador 32 policías, dos empleados administrativos de ese cuerpo de seguridad, 17 militares, tres custodios de Centros Penales y un estudiante de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP).

La mayoría de estas víctimas han sido atribuidas a las pandillas, que buscan, según las autoridades de seguridad de los últimos 10 años, presionar al Gobierno con esos ataques para obtener beneficios carcelarios para sus líderes. El Gobierno del anterior presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, advirtió en un comunicado el pasado 30 de abril de que las pandillas buscaban presionar a Bukele para negociar "beneficios" a cambio de bajar la cifra de homicidios en el país.

Una herencia peligrosa

Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil salvadoreña (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros desde Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.

El empresario Nayib Bukele, de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), asumió la presidencia salvadoreña sin aclarar su estrategia para combatir a estas estructuras criminales, que poseen 60.000 miembros en todo el país.