INMIGRACIÓN Y COMERCIO

EEUU y México alcanzan un pacto migratorio y Trump retira la amenaza de aranceles

Miembros de la caravana de migrantes que cruzó México a pie hasta la frontera con Estados Unidos trepan el muro fronterizo que separa ambos países el pasado 29 de abril del 2018.

Miembros de la caravana de migrantes que cruzó México a pie hasta la frontera con Estados Unidos trepan el muro fronterizo que separa ambos países el pasado 29 de abril del 2018. / SANDY HUFFAKER

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ocho días después de que Donald Trump lanzara una amenaza de imponer a partir del lunes aranceles a todas las importaciones desde México si el vecino del sur no frenaba la llegada de migrantes centroamericanos a Estados Unidos los dos países alcanzaron este viernes un acuerdo y el mandatario estadounidense suspendió “indefinidamente” la imposición de las tasas comerciales.

El pacto fue anunciado casi al mismo tiempo en Twitter por Trump y por el canciller mexicano Marcelo Ebrard, que ha participado en tres días de frenéticas negociaciones en Washington.

Dos ejes

Poco después el acuerdo fue detallado en un comunicado conjunto en el que se explicaron sus puntos fundamentales. Uno de ellos es que México se compromete a incrementar “significativamente” sus esfuerzos para reducir la migración irregular, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional en todo el país, con prioridad en la frontera sur con Guatemala, donde ya se anunció un despliegue de hasta 6.000 efectivos el jueves. En la versión del comunicado del Departamento de Estado de Washington se habla de “pasos sin precedentes”, términos que no aparecen en la versión en español publicada por el gobierno mexicano.

Otro elemento clave del acuerdo es la ampliación inmediata de un programa estadounidense bautizado por EEUU como “Protocolos de Protección de Migrantes”, que los mexicanos prefieren citar como “sección 235 (b)(2)(C), por el que se devuelve a México a quienes entran en EEUU y solicitan asilo para que esperen allí la resolución de sus casos. Hasta ahora 10.000 personas han sido enviadas a México bajo ese programa según cifras de este viernes. A partir de ahora pueden ser todos los solicitantes de asilo en EEUU .

Según los términos del acuerdo, México ofrecerá a esos migrantes y sus familias “oportunidades laborales y acceso a la salud y educación” mientras permanezcan en su territorio y EEUU se compromete a “acelerar las resoluciones de solicitudes de asilo” y a realizar lo más rápido posible los procedimientos.

Aunque la declaración conjunta no marca metas específicas ni da excesivos detalles, las dos partes se comprometen a negociar y anunciar en 90 días “medidas adicionales” si las adoptadas en el acuerdo de este viernes no dan los resultados “esperados”.

El texto facilitado por los dos gobiernos cierra con un compromiso para fortalecer y ampliar la cooperación bilateral para fomentar el desarrollo tanto en México como en Centroamérica con la idea de atacar algunas de las causas subyacentes que mueven a los migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador a abandonar sus países. Trump cortó la ayuda económica a esas tres naciones y el documento solo menciona el Plan de Desarrollo Integral lanzado por México y sus vecinos del sur.

Lo que no se pacta

Lo que ha quedado fuera del acuerdo es un objetivo buscado por la Administración estadounidense, que pretendía convertir a México en lo que denomina “tercer país seguro”, con lo que EEUU podría rechazar a solicitantes de asilo y remitirlos a México. Es un acuerdo que Washington solo mantiene con Canadá y en una rueda de prensa en Washington Ebard se ha felicitado por haber conseguido excluirlo de este pacto. “Tenían propuestas y medidas más drásticas al principio (de las negociaciones) y hemos alcanzado un punto medio”, ha recordado el canciller.

Otra de las ideas que barajaba EEUU según informaciones de prensa y que no ha conseguido era cambiar leyes de asilo para que el migrante solo lo pudiera solicitar en el primer país que pisaba tras abandonar el suyo, lo que en el caso de los guatemaltecos que van rumbo a EEUU limitaría sus opciones a México y en el de hondureños y salvadoreños a Guatemala.

Freno a la guerra comercial

El pacto frena también la apertura de otra guerra arancelaria de Trump, esta vez con su tercer socio comercial. Era una posibilidad que desataba pavor entre numerosos sectores de la economía estadounidense fuertemente dependientes de la relación. Había empezado además a poner a Trump en aprietos no solo con líderes empresariales sino también con algunos políticos republicanos, que amenazaban con revolverse en el Congreso, donde se debe ratificar aún el reformado acuerdo de libre comercio con México y Canadá.

Precisamente el freno de esa guerra es lo que más celebró en un tuit el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador que mantuvo el acto previsto para este sábado en Tijuana, convocado antes del pacto para defender la “dignidad” y la “soberanía” mexicana.

La estrategia de Trump ha provocado reacciones encontradas. Republicanos como el senador Marco Rubio le han felicitado por usar los aranceles como herramienta de presión.

Los críticos, en cambio, le cuestionan duramente por usar las amenazas con un importante socio y se denuncia que Trump crea crisis para luego proyectar la imagen de que las resuelve. "Las amenazas y los berrinches no son la manera de negociar la política exterior", ha dicho la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi.

Anuncio cuestionable

El propio Trump este sábado ha vuelto a Twitter para celebrar como un gran triunfo el pacto y denunciar a algunos medios de comunicación por la cobertura. También en la red social ha asegurado a gritos (en mayúsculas) que México "ha aceptado empezar a comprar inmediatamente grandes cantidades de productos agrícolas".

No hay ninguna información oficial, no obstante, que hable de un nuevo acuerdo comercial en ese terreno. No hay mención a nuevas compras en el documento conjunto sobre el pacto migratorio. México, que en 2018 importó productos agrícolas estadounidenses por valor de 20.000 millones de dólares, ya es el segundo mayor destino para esas exportaciones de EEUU, solo por detrás de Canadá. Y el mensaje de Trump tiene un claro destinatario: los "grandes patriotas granjeros" estadounidenses a los que hace referencia, que están sufriendo ya las consecuencias de la guerra comercial abierta por Trump con China y que viven en algunos de los estados que serán clave para Trump si quiere ser reelegido en 2020.