CÓNCLAVE EN BRUSELAS

Pinza de socialistas y liberales para romper el monopolio del PPE en la UE

La cancillera alemana, Angela Merkel, a su llegada a la cumbre de Bruselas, este martes.

La cancillera alemana, Angela Merkel, a su llegada a la cumbre de Bruselas, este martes. / periodico

Silvia Martinez

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La presidencia de la Comisión Europea se ha convertido en algo así como la joya de la corona de la arquitectura institucional de la Unión Europea (UE), uno de los cargos más preciados e influyentes que permite marcar la agenda y el ritmo político en el club. Un puesto que ha estado liderado de forma ininterrumpida por el Partido Popular Europeo (PPE) desde hace tres lustros –el último presidente socialista fue el italiano Romano Prodi entre 1999 y 2004- y que Socialistas y Liberales quieren recuperar uniendo fuerzas. 

Oficialmente el cónclave informal de líderes de la UE celebrado este martes en Bruselas era para hablar, 48 horas después de las elecciones europeas, de los resultados, el programa, las prioridades de la nueva legislatura y dar mandato al presidente de la UE, Donald Tusk, para empezar a negociar la renovación de los altos cargos europeos. "No hemos discutido de nombres solo de procedimiento", ha avisado el polaco tras un encuentro que se ha prolongado unas tres horas. 

Extraoficialmente la pelea de nombres ya ha comenzado y la prueba es que los jefes de Estado y de Gobierno europeos se han reunido sin asesores y han recibido instrucciones para que dejar sus teléfonos móviles fuera de la sala, según fuentes diplomáticas. "Desde el 2004 no tenemos un presidente progresista de la Comisión. Es importante mostrar a los ciudadanos de Europa que hemos entendido su mensaje, que tenemos que cambiar las políticas" y "los socialdemócratas cuentan con el mejor candidato ahora mismo de todos los que se presentaron a las elecciones (europeas) para poder liderar la presidencia de la Comisión Europea que es Frans Timmermans", ha reivindicado el presidente español, Pedro Sánchez.

El primer intento por promover esta concertación socio-liberal tuvo lugar durante la cumbre extraordinaria de Sibiu con la primera reunión a cuatro bandas entre los negociadores designados por las dos familias políticas: el holandés Mark Rutte y el belga Charles Michel por los liberales, y el portugués Antonio Costa y Sánchez por los socialistas. Estos cuatro dirigentes han vuelto a almorzar este martes en Bruselas con un invitado adicional: el francés Emmanuel Macron, que con 21 escaños será clave en la nueva coalición progresista que aspiran a poner en marcha.

Nuevo equilibrio en el reparto

El objetivo es evitar que el PPE siga monopolizando las tres grandes instituciones que dominan la política en Bruselas y cuyos cargos han ocupado en los últimos dos años y medio: Jean-Claude Juncker (Comisión), Antonio Tajani (Eurocámara) y Donald Tusk (Consejo Europeo). Además, están en juego el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, que recae en la italiana Federica Mogherini, y la presidencia del Banco Central Europeo, que ostenta el italiano Mario Draghi. "La composición del Consejo Europeo ha cambiado. Hace cinco años había dos primeros ministros liberales. Ahora tenemos nueve así que es muy diferente", ha reivindicado el liberal Rutte.

Hace cinco años el Parlamento Europeo consiguió imponer su sistema de elección de cabezas de lista a la Comisión -el llamado spitzenkandidaten- con una decisión de hechos consumados que situó a Juncker al frente del Ejecutivo y al socialista alemán Martin Shulz en el Europarlamento. Los resultados electorales a favor del PPE entonces eran indiscutibles, lo mismo que la experiencia ejecutiva del político luxemburgués. Las tornas en el 2019 han cambiado. El PPE ha sido el partido más votado pero en claro retroceso. Sus 180 escaños, sumados a los 146 los Socialdemócratas no les permitirán reeditar el pacto, que deberá buscar nuevos puntos de apoyo, sin olvidar las críticas a la limitada experiencia del candidato conservador, el alemán Manfred Weber.  

Aquí es donde podrían entrar en juego otras opciones. Los liberales afrontan la partida reforzados, gracias a sus 109 escaños, dispuestos a reclamar su parte del pastel y promover a la carismática comisaria danesa Margrethe Vestager. "Forma parte como el señor Barnier o Timmermans de los que tienen cualidades”, ha valorado Macron. Se trata de una de sus apuestas junto a una alternativa no oficial pero que se mantiene en las quinielas: el negociador jefe de la UE para el brexit y miembro del PPE, Michel Barnier

¿Adiós al proceso 'spitzenkandidaten'?

El inconveniente es que elegir a un tercero supone dar portazo a un sistema con el que han cerrado filas la mayoría de los grupos políticos -populares, socialistas, verdes e izquierda- salvo los liberales. "No es la Biblia sagrada. El próximo presidente de la Comisión debería ser el mejor candidato", ha zanjado el eslovaco Peter Pellegrini, en nombre de los países de Visegrado (Eslovaquia, República checa, Polonia y Hungría). La negociación se presenta complicada y no está claro siquiera que vayan a cerrar el paquete de cargos en la cumbre del 20 y 21 de junio, tal y como pretende Tusk, aunque su homólogo en la Eurocámara, Antonio Tajani, ha anunciado que intentarán presentar a los 28 un candidato de consenso antes de esa fecha.

"Como miembro del PPE apoyo a Manfred Weber" pero "al final tenemos una tarea constructiva que hacer", ha admitido Angela Merkel que se ha encontrado también con Macron y Sánchez por separado. "No necesitamos una pelea entre cristianodemócratas, socialistas y liberales. Necesitamos acordar el candidato que obtenga el mayor apoyo en el Consejo y el Parlamento Europeo y no debemos excluir a nadie", ha contemporizado el luxemburgués, Xavier Bettel. "Nadie está interesado en un conflicto interinstitucional entre el Consejo y el Parlamento Europeo. El futuro candidato deberá tener el apoyo de ambos", ha zanjado el presidente de la UE.