tensión en eeuu

La guerra de Trump contra el Congreso aviva los llamamientos a un 'impeachment'

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Ricardo Mir de Francia

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La política estadounidense vuelve a estar empantanada en la cruenta guerra política que se vive en el Congreso a raíz de las múltiples investigaciones abiertas por los demócratas contra Donald Trump. El presidente ha optado por torpedear cada una de las pesquisas lanzadas por sus rivales en la Cámara de Representantes, una postura que socava los poderes constitucionales del Legislativo para supervisar las acciones del Ejecutivo. Su rechazo total a cooperar con las investigaciones ha reactivado los llamamientos demócratas a iniciar un proceso de ‘impeachment’ contra Trump. Por el momento, el liderazgo del partido prefiere esperar, pero crece el número de demócratas que apuestan por sentarle en el banquillo. Nancy Pelosi, su líder en la Cámara baja, ha acusado al presidente de “encubrimiento”.

La bronca se ha escenificado este mismo miércoles en la Casa Blanca, donde estaba previsto que Trump se reuniera con el liderazgo demócrata para hablar de asuntos de interés común como el plan para remozar las infraestructuras del país. El presidente ha abandonado la reunión tres minutos después de que comenzara y se ha dirigido al Rose Garden para denunciar a Pelosi por acusarle de encubrimiento. “Yo soy probablemente el presidente más transparente en la historia de este país”, ha dicho ante los periodistas. “Estos cuentos chinos de las investigaciones se tienen que acabar”. Pero no ha acabado ahí la cosa porque Trump ha afirmado que no volverá a trabajar con los demócratas hasta que cesen completamente las investigaciones, una promesa que de cumplirse paralizaría la vida legislativa de Estados Unidos. 

El presidente se siente exonerado de toda sospecha desde que se publicó la versión redactada del informe Mueller. O para ser más exactos, esa es la idea que trata de transmitir machaconamente al país. “Ni colusión, ni obstrucción ni nada de nada”, ha repetido este miércoles. Pero no dice toda la verdad. El informe de más de 500 páginas preparado por el fiscal especial Robert Mueller le exoneró de haber cooperado con Rusia para interferir en las elecciones el 2016, pero dejó en el aire la posibilidad de que hubiera cometido un delito de obstrucción para torpedear la investigación y pasó la pelota al Congreso para que decidiera al respecto. 

Pruebas recabadas

La Cámara de Representantes ha tratado de obtener la versión íntegra del informe y las pruebas recabadas por el FBI, pero Trump lo ha impedido. También ha llamado a declarar al que fuera consejero legal de la Casa Blanca y figura clave en la investigación, Don McGhan, pero esta misma semana, siguiendo las órdenes del presidente, McGhan no compareció ante la comisión donde debía testificar. La lista de maniobras para obstruir la labor del legislativo es interminable. De acuerdo con los demócratas, la Casa Blanca se ha negado a cumplir con 79 citaciones para entregar documentos e información a la Cámara baja. “Voy a combatir todas las citaciones”, dijo Trump hace unos días. 

La naturaleza de los requerimientos es tan diversa como las investigaciones mismas. Hay más de una veintena distintas abiertas en estos momentos. Los demócratas quieren acceder a la contabilidad de las empresas del presidente, a sus declaraciones de impuestos, a la documentación de varios de sus bancos y prestamistas. Pero no dejan de chocarse contra un muro, por más que la ley esté a menudo de su parte.  

Frustración de los demócratas

El bloqueo sistemático de la labor del legislativo ha disparado la frustración de los demócratas. En el partido crece el apoyo a un ‘impeachment”, el mismo proceso que se lanzó en su día contra Nixon y Clinton. Al menos, aritméticamente, las cuentas les salen para ponerlo en marcha. “Los hechos esgrimidos en el informe Mueller, unidos con los intentos de la Administración de obstruir al Congreso, no nos dejan otra opción que el ‘impeachment’”, ha dicho la diputada Diane DeGette. En otros términos, se ha expresado su correligionario, Steny Hoyer: “Nos enfrentamos al que podría ser el mayor y más amplio encubrimiento en la historia del país”. 

Las voces ‘pro-impeachment’ siguen siendo minoritarias porque la mayoría del partido teme que el electorado les castigue por centrarse más en Trump que en exponer un programa político que responda a las preocupaciones más inmediatas del ciudadano, como la sanidad o la educación.