La crisis venezolana
Maduro dice que su jefe de inteligencia era un "topo" de la CIA
Abel Gilbert
Corresponsal en Buenos Aires
Especialista en América Latina y doctor en comunicación. Ha cubierto los principales acontecimientos políticos regionales durante las últimas dos décadas para El Periódico. Es autor de ocho libros, tres de ellos en colaboración, y se apresta a publicar otros dos.
Abel Gilbert
El general Manuel Ricardo Cristopher Figuera dirigía hace pococ la temida policía política venezolana, el Sebin, un cargo al que se accede respaldado más por la lealtad política que la eficiencia. Pero después del fallido alzamiento militar del 30 de abril, Nicolás Maduro descubrió que se trataba de un “topo” de la CIA. Figuera estuvo detrás de la liberación de Leopoldo López, actualmente en la residencia del embajador de España, y algo más. “Articuló el golpe de Estado, es un traidor. Hasta hoy está huyendo”, dijo Maduro. Según el presidente, Figuera había sido captado por la CIA “desde hace más de un año”. Los incidentes del 30 de abril buscaron crear una fisura en las Fuerzas Armadas.
Antes de salir de escena, Figuera hizo circular una carta en la que alertaba a Maduro sobre su entorno más cercano que, según afirmó, lo llevaría a la perdición política. Cuando Washington levantó las sanciones económicas que pesaban en su contra, el Palacio de Miraflores no dudó en considerar a Figuera como enemigo. Según Maduro, el general degradado “armó el cuento” de que en la conjura participó el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Vladimir Padrino López, y el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, entre otros. Figuera respondió a su degradación con un video. “Ya basta de culpar al mundo de las desgracias de nuestro país y seguir exigiendo más sacrificio a nuestra población”.
Bajo sospecha
Maduro lo sustituyó por Gustavo González López, quien había salido del Sebin fuertemente criticado. Los analistas no dudan en señalar que el universo de la inteligencia estatal se encuentra sacudido y bajo sospecha. En ese contexto interpretan el traslado del mayor general Miguel Rodríguez Torres a una prisión de máxima seguridad. Rodríguez Torres había estado al lado de Chávez desde el intento de golpe contra el expresidente venezolano ya fallecido Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992, y dirigió durante años el Sebin. La otra fisura no menor tiene que ver con la huida a España, donde fue detenido, del exgeneral Hugo Carvajal, uno de los cebreros de la contrainteligencia.
Pedido de ayuda a EE.UU.
En este contexto, Guaidó le ordenó a su representante en Washington, Carlos Vecchio, encontrarse con el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el almirante Craig Faller “Hemos instruido a nuestro embajador para que se reúna de inmediato a fin de poder establecer una relación directa y de alcance en materia de cooperación”, dijo durante la movilización de este sábado en Caracas. Guaidó remarcó en ese sentido que “no vamos a dudar” en pedir ayuda “como lo hizo (Simón) Bolívar” en su momento. “No tenemos miedo de decir que sí hemos hablado con la Fuerza Armada y con todos los que están dispuestos a abonar para el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres. Hay una clara división y ruptura en la Fuerza Armada y son más los que se van a pronunciar”, añadió.
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