propiedades en cuba
Los empresarios españoles se niegan a negociar las reclamaciones de EEUU
La Asociación de Empresarios Españoles en Cuba afirma que se defenderán de la ley Helms-Burton
Las empresas españolas en Cuba han respondido con contundencia al Título III de la ley Helms-Burton, activado por la Administración Trump para que los estadounidenses puedan demandar a las compañías que explotan económicamente las propiedades confiscadas a sus ciudadanos durante la campaña de nacionalizaciones emprendida por la Revolución Cubana a partir de 1959. “No aceptamos que se nos apliquen de forma unilateral estas medidas extraterritoriales, de manera que no hay nada que negociar”, ha asegurado el presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC), Xulio Fontecha. Su organización representa a más de 200 compañías implantadas en la isla, incluidas las grandes hoteleras, como Meliá e Iberostar.
“La entrada en vigor del Título III nos perjudica, pero no tanto por las acciones legales que se puedan adoptar contra nosotros, sino por los efectos negativos que pueden tener sobre el turismo, las remesas o las inversiones en Cuba”, ha asegurado en un correo electrónico enviado a este diario. “Cuando a la isla le va bien, a nuestras empresas también, porque incrementan su trabajo y su facturación”. Su organización ha recibido un "respaldo contundente" por parte de la Unión Europea y el Gobierno español y sus miembros pretenden defenderse ante la ofensiva legal que probablemente se avecina. Esta misma semana la ministra española de Industria, Comercio y Turismoministra española Reyes Maroto visitó la isla para transmitirles su apoyo.
En los diez días transcurridos desde la activación del Título III, se han presentado tres demandas en los tribunales de Florida. Dos de ellas, contra el gigante de los cruceros estadounidense Carnival, al que varios particulares acusan de lucrarse con el uso de los puertos de La Habana y Santiago, que en su día pertenecieron a sus familias. Exxon Mobil presentó la tercera contra dos corporaciones públicas cubanas. Les reclama 284 millones de dólares por la expropiación de varias instalaciones petroleras que eran propiedad de su matriz.
EEUU quiere más
Cuba nunca ha disputado el principio de compensación para las empresas y particulares de Estados Unidos, pero no ha llegado materializarse. La Habana sí indemnizó a otros países como Canadá, Reino Unido, Francia o España (1967) tras llegar a acuerdos bilaterales con cada uno de ellos. “Les pagaron al kilo, menos de 10 centavos por cada dólar. Estados Unidos no lo acepta, reclama el valor total”, ha asegurado el abogado Mauricio Tamargo, quien fuera presidente de la Comisión de Reclamaciones Extranjeras. Cuba argumenta que una hipotética negociación tendría que tener en cuenta los daños causados por el embargo estadounidense, que cifra en más de 100.000 millones de dólares.
La falta de resolución ha ayudado a enquistar el embargo, cuyo levantamiento está condicionado al pago de las compensaciones. Del lado estadounidense, hay dos tipos de demandas. Una primera lista recoge 5.913 reclamaciones certificadas en su día por el Gobierno norteamericano. Incluyen terrenos, fábricas, acciones o cuentas bancarias y su valor actual se cifra en 8.500 millones de dólares. Luego están las reclamaciones no certificadas, que según algunos cálculos podrían ser cerca de 200.000.
Ruptura con Obama
Durante el período de acercamiento entre los dos países, pilotado por Barack Obama y Raúl Castro, se crearon grupos de trabajo para resolver el problema, pero nunca llegó a completarse la negociación. “Las 30 mayores reclamaciones certificadas representan el 56% del valor total. Si sientas a sus representantes en una sala de conferencias, te bastaría un día para negociar un acuerdo”, dice John Kavulich, presidente del Consejo Comercial y Económico EEUU-Cuba.
Todo indica que la Administración Trump no tiene, sin embargo, ningún interés en resolver el problema. Según Kavulich, en los cinco meses previos a la activación del Título III nunca invitaron a los principales reclamantes certificados para consultarles su opinión sobre cómo resolver el entuerto. Lo que lleva a pensar que su estrategia es meramente punitiva. La Casa Blanca quiere hundir al gobierno comunista de la isla, como quiere hundir al venezolano. Y las consecuencias de su estrategia empiezan a notarse. Este mismo viernes Cuba anunció un masivo racionamiento de los alimentos básicos ante la crisis económica que enfrenta, una crisis que achaca al endurecimiento del embargo. Los economistas responsabilizan también a la caída de las ayudas venezolanas.
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