Segunda vuelta electoral

El humorista Zelenskiy, gran favorito en las presidenciales de Ucrania

ucania elecciones candidato vladimir zelenski

ucania elecciones candidato vladimir zelenski / periodico

Marc Marginedas

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No han tenido un trabajo fácil en las últimas semanas los periodistas locales encargados de seguir al cómico Volodymyr Zelenskiy, el gran favorito en las elecciones presidenciales que se celebran este domingo en Ucrania. En muchas ocasiones, el carismático humorista respondía únicamente a reporteros afines, negándose a hablar con el resto de los informadores o incluso declinando invitaciones para ser entrevistado en medios de comunicación de relevancia. Cuando surgía una duda o aparecía la necesidad de hacer una consulta para conocer un posicionamiento determinado, las llamadas de teléfono a su sede electoral, o no recibían respuesta, o una voz que en la mayoría de las ocasiones se identificaba únicamente con su nombre y apellido se limitaba a dar largas.

El humorista Zelenskiy se ha colocado en cabeza en esta segunda vuelta de estos comicios tras una campaña en la que ha recurrido con frecuencia a las frases de impacto y a las consignas rutilantes en contra de la corrupción, pero en la que las propuestas políticas o los detalles acerca de lo que piensa hacer si obtiene finalmente la victoria han brillado por su ausencia. Su alergia a los medios de comunicación ha irritado de sobremanera al estamento periodístico ucraniano, que envió recientemente una carta abierta carta abierta al aspirante, firmada por una veintena de publicaciones y a la que de momento el 'showman' no ha respondido, en la que se le demandaba que convocara una rueda de prensa para que por fin diera a conocer su programa.

"Es una persona muy conocida; lleva muchos años siendo una estrella televisiva y conocemos su biografía; pero no conocemos a su equipo; quién irá con él en el caso de que sea elegido", se lamenta Viktoriya Yermolayeva, de Hromadske Radio, la principal emisora independiente de Ucrania, sentada en un café de Jreshchatyk, en el centro de Kiev. "El fenónemo de Zelenskiy se basa en que, por vez primera en 25 años, aparece un nuevo rostro en la política ucraniana; la gente lo apoya por esta razón", constata la periodista.

Solo un cataclismo inesperado

Solo un cataclismo o un giro inesperado -de los que la Historia ucraniana, por otra parte no es huérfana- impediría el triundo del 'showman' sobre su rival, el presidente saliente Petró Poroshenko, a quien le lleva una media de 40 puntos de ventaja en la mayoría de sondeos de opinión. El actual jefe del Estado ha jugado con intensidad la baza nacionalista, presentándose como un valor seguro frente a la agresión teledirigida desde el Kremlin y aferrándose a los logros obtenidos en los últimos cinco años, desde el triunfo de la Revolución de Maidán: el encapsulamiento de la guerra con las milicias prorrusas apoyadas por Moscú en dos regiones del este y el reconocimiento de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana por parte del Patriarcado de Constantinopla, Pero es precisamente esta carta la que podría acabar inclinando la balanza en favor de su contrincante Zelenskiy, quien está recabando los apoyos en las regiones del sur y del este, habitadas principalmente por rusófonos. 

"Lo más importante es que vuelva la paz; me considero un patriota ucraniano que habla ruso, por eso votaré por Zelenskiy", valora Artem Krupenev, originario de la ciudad portuaria de Mariúpol, en el este del país, a un puñado de kilómetros de la línea de frente que separa al Ejército ucraniano de las milicias prorrusas.

Los jóvenes son otro de los segmentos sociales receptivos a los argumentos del humorista. Por vez primera en la historia de la Ucrania independiente, según las estadísticas, más de la mitad de los menores de 29 años acudieron a votar en la primera ronda de las elecciones atraidos por los "chistes", "las ocurrencias" y "los eslóganes" de Zelenskiy, constata Yermolayeva. Uno de ellos es, sin duda, Boba Stepanenko, un joven rubio de veintipocos años cuya lengua vernácula es el ucraniano y al que parece traerle sin cuidado la falta de concrección política de su elegido. "Yo votaré contra Poroshenko, estamos hartos de corrupción", explica mientras conduce por el centro de Kiev. Sobre la escasa experiencia de su candidato a la hora de afrontar a Rusia, se encoge de hombros. "Putin es un problema de todo el mundo, no solo de Ucrania".         

                  

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