Netanyahu, 'el mago' que pone la directa hacia un quinto mandato

El primer ministro israelí gana las elecciones por un escaño y revalidará su cargo con el apoyo de las fuerzas derechistas del Parlamento

Ana Alba

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Al primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, le llaman "el mago" y "el rey", apodos que demuestra merecer, vistos los resultados de las elecciones que se celebraron el martes pasado en Israel.

Ni el desgaste de una década en el poder, ni el anuncio del Fiscal General del Estado de que lo imputaría por tres casos de corrupción, ni la aparición repentina de un contrincante electoral que podía cerrarle el paso han logrado frustrar su ambición de ejercer un cuarto mandato consecutivo (quinto en su carrera) que le llevaría a superar a David Ben Gurion, el padre de Israel, como líder del país con más tiempo en el cargo.

No es de extrañar que en el discurso ante militantes de su partido, el derechista Likud, Netanyahu haya presumido de haber alcanzado "una victoria increíble", "un logro inimaginable" y "casi inconcebible".

Bibi (apodo popular) formará y encabezará de nuevo el próximo Gobierno israelí. Durante dos días, los resultados dieron un empate en número de escaños con su rival Benny Gantz, líder de la coalición centrista Azul y Blanco, un buen resultado para Netanyahu, que podía formar coalición mucho más fácilmente que Gantz con las fuerzas de derecha, ultraderecha y religiosas, mayoritarias en la Kneset (Parlamento israelí).

Pero el recuento de los 270.000 votos de soldados, diplomáticos, residentes en el extranjero, presos y enfermos cambió la distirbución de escaños y el Likud se quedó con 36, frente a los 35 de Azul y Blanco.

Un partido de ultraderecha, fuera

Con 36 asientos en su poder (seis más que en los comicios del 2015), Netanyahu necesita 25 para conseguir mayoría en una Kneset de 120 diputados. Los resultados le favorecen: los dos partidos religiosos ultraortodoxos que siempre le apoyan, Judaismo Unido de la Torá y Shas, han obtenido 7 y 8 escaños, respectivamente, los ultraderechistas Derecha Unida e Israel Nuestro Hogar, tienen cinco cada uno y puede contar con los 4 asientos del centrista Kulanu.

Con 36 asientos en su poderDerecha Unida e Israel Nuestro HogarAdemás, Netanyahu se ha librado de dos exministros que detesta, Naftali Bennett y Ayelet Shaked, antes líderes del ultraderechista Hogar Judío y ahora de la Nueva Derecha, que se ha quedado a las puertas del 3,25% mínimo de votos exigido por ley para entrar en la Kneset.

No obstante, el primer ministro podría encontrar espinas en este aparente camino de rosas. Están por ver todas las condiciones que para apoyarlo le van a poner Israel Nuestro Hogar y Derecha Unida. Los líderes de esta última formación, Rafi Peretz y Bezalel Smotrich, exigen las carteras de Educación y Justicia y seguir adelante con los planes para que la elección de los jueces del Tribunal Supremo sea política y se subordine al fiscal general a los ministros. 

También pedirán a Netanyahu que cumpla su promesa de anexionarse las colonias judías en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. El primer ministro podría conceder estas peticiones si le garantizan que apoyarán una ley para concederle inmunidad.

Catástrofe laborista

La otra cara de la moneda, Gantz, ha reconocido su derrota, pero se ha mostrado satisfecho por la hazaña de haber obtenido 35 escaños con una coalición nueva. El gran derrotado de estos comicios no es Gantz, recién llegado a la política, sino el Partido Laborista, cuya debacle ha sido histórica. Esta formación, que dirigió el destino de Israel durante años, ha quedado relegada a un rincón de la Kneset con seis escaños.

En cambio, las dos coaliciones árabes, Hadash-Ta'al y Ra'am-Balad, han logrado seis y cuatro escaños, a pesar de la baja participación de la comunidad palestina de Israel.

Sus hermanos de Cisjordania han lamentado los resultados de los comicios. Hanan Ashrawi, de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha señalado que "Israel ha elegido el racismo y el conflicto permanente". El presidente palestino, Mahmud Abás, expresó ayer su esperanza de que las elecciones siguieran "el camino correcto para alcanzar la paz" y aseguró que su mano "siempre está extendida para las negociaciones".

Pero no se prevé que el único plan de paz que planea en un horizonte próximo, el del presidente de EEUU, Donald Trump, agrade a los palestinos. Trump ha asegurado hoy tener "una mejor oportunidad (en términos de paz) ahora que Bibi ha ganado".