POLÍTICA TAILANDESA

Los partidos prodemocráticos se unen para impedir el Gobierno militar en Tailandia

La coalición no podría evitar el nombramiento del golpista Prayuth pero sí plantear una moción de censura

Partidos antijunta mueven ficha entre la confusión postelectoral en Tailandia

Partidos antijunta mueven ficha entre la confusión postelectoral en Tailandia. / periodico

Adrián Foncillas

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Siete partidos prodemocráticos han unido sus fuerzas en una gran coalición que intentará formar Gobierno e impedir que sea elegido el candidato de la Junta militar tras las elecciones del domingo en Tailandia. La iniciativa, escenificada esta mañana en una comparecencia masiva, suma incertidumbre a un panorama complejo. No es descartable que los militares impongan a su candidato y al día siguiente este sea descabalgado en una moción de censura. Esos delirios ocurren en la política tailandesa.

La coalición calcula que cuenta con una mayoría de 255 asientos sobre los 500 totales en el Parlamento. Son recomendables un par de matices. El recuento de votos y la asignación de escaños son aún temporales. Los definitivos no se conocerán hasta el 6 de mayo, tras la coronación del rey Vajiralongkorn. La Junta militar, en otra muestra de la heterodoxia democrática local, los retrasó para que las negociaciones parlamentarias no eclipsaran el acto de la sagrada monarquía. Buscaban la calma y no es probable que la consigan.

Es conveniente recordar también que el primer ministro será elegido por esos 500 parlamentarios junto a los 250 miembros del Senado que son nombrados a dedo por la Junta Militar. Es uno de los puntos aprobados en la última reforma constitucional, propuesta por el Ejército y votada en referéndum popular. Así que Prayuth, el militar golpista, sólo necesita 126 votos parlamentarios para seguir mandando en el país con el uniforme ya en el armario.

Moción de censura

La mayoría prodemocrática en el Parlamento no podría evitar su nombramiento pero sí someterle a una moción de censura y ganarla. Todo conduce al bloqueo. No parecen haber servido de mucho ni el golpe militar de 2014, justificado para pacificar y reconciliar a un país fracturado, ni las primeras elecciones en ocho años.

La coalición está liderada por el Pheu Thai, el partido apadrinado por el exprimer ministro depuesto Thaksin Shinawatra. “Hemos empezado con siete partidos. Queremos demostrar que nuestro objetivo es detener a la Junta militar, ahora negociaremos con otras formaciones. Pero ya tenemos la mayoría”, ha señalado su lideresa, Sudarat Keyuraphan.

Sudarat se refirió a las elecciones como “cuestionables”. Se amontonan aspectos turbios: la participación mucho más baja de la anunciada, los pertinaces e inexplicados retrasos en el recuento, el mayor número de votos que de votantes en algunas circunscripciones… pero los expertos aún no tienen claro si responden al fraude o a la ineptitud. La candidata populista tiene menos dudas: “Los militares tomaron el poder la última vez con un golpe y ahora pretenden hacerlo a través de la manipulación”, ha denunciado.

"La voz del pueblo"

La mayoría parlamentaria refleja “la voz del pueblo”, en opinión del frente prodemocrático. Urge otro matiz: el partido de los militares han sido el más votado, con medio millón de papeletas más que el Pheu Thai, pero ha sido penalizado por el sistema de reparto. La formación de Prayuth cuenta con 99 escaños, por 129 el de Thaksin.

Así que ambos, atendiendo a votos o escaños, han reclamado la victoria y empezado las negociaciones para formar Gobierno. El bando prodemocrático teme que Prayuth atraiga a otras formaciones con cargos u otros regalos. Thanathorn, el joven líder del nuevo partido Futuro Adelante, ha pronosticado que eso llevaría a una vía muerta. “Le pido al otro bando que está intentando formar Gobierno desde la minoría que pare”, ha pedido.