EL FUTURO DE EUROPA

El Parlamento británico pide el aplazamiento del 'brexit'

Theresa May, la semana pasada en los Comunes.

Theresa May, la semana pasada en los Comunes. / periodico

Begoña Arce

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El 29 de marzo ya no será la fecha en que el Reino Unido deje la Unión Europea. A dos semanas de la salida oficial, el Parlamento británico aprobó  solicitar el aplazamiento del ‘brexit’. En la Cámara de los Comunes, los diputados respaldaron por una mayoría de 210 votos, (412 a favor-202 en contra), la moción del gobierno para extender el plazo de salida hasta el 30 de Junio. El Parlamento rechazó en cambio la celebración de un segundo referéndum (84 a favor-334 en contra). La segunda consulta no figura decididamente en la agenda, al menos por ahora. Numerosos diputados laboristas se abstuvieron o votaron en contra. También se eliminó, por tan sólo dos votos, la propuesta de que fueran los diputados quienes tomaran la futura dirección del ‘brexit’, a la búsqueda de un consenso.

Pérdida de control

En otra jornada de indisciplina y confusión, la mayoría de los  conservadores (188) votaron contra la propuesta de Theresa May , incluidos más de media docena de miembros del gobierno. Uno de ellos fue Steve Barclay, el ministro para el ‘brexit’, que minutos antes había defendido la moción, como cierre al debate previo a la votación. Barclay es además una de las personas que posiblemente deba ir ahora a Bruselas, a negociar la extensión del Articulo 50. “Es el equivalente a que el ministro de Finanzas vote contra su propio presupuesto”, declaró el laborista a cargo del ‘brexit’, Keir Starmer. “El gobierno ha perdido completamente el control”.

Último sacrificio

May tiene la intención de emplear estos tres meses de prórroga para sacar adelante su acuerdo, en una nueva votación, la tercera, que tendrá lugar la próxima semana, posiblemente el miércoles, antes del Consejo Europeo previsto para el día siguiente, en Bruselas. Si es rechazado nuevamente, la ampliación será aún más larga, lo que implicaría que el Reino Unido deberá tomar parte en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, algo que suena realmente kafkiano. May está utilizando como amenaza la posibilidad de que el retraso de la salida se vaya prolongando indefinidamente, o que incluso termine por no tener lugar. Con ese arma está presionando al grupo de los conservadores rebeldes para forzarles a una rendición y a que apoyen su vapuleado acuerdo. Algunos de esos insumisos euroescépticos exigirían a cambio que  May pusiera fecha a su dimisión, como último sacrificio político.

El equipo de la ‘premier’ está manteniendo nuevas conversaciones con los responsables del Partido Unionista Democrático (DUP), que hasta ahora se han negado en redondo a aceptar el plan. La impresión es que la posición de los norirlandeses se estaría suavizando y estarían listos para cambiar de opinión. “Estamos hablando con el gobierno y con el Fiscal General para intentar que el acuerdo sea una realidad, porque queremos que el ‘brexit’ funcione. Queremos que funcione para todo el Reino Unido, de manera que no deje atrás a Irlanda del Norte”, afirmó la líder del DUP, Arlen Foster.

Búsqueda de consenso

May pretende seguir adelante ignorado lo manifestado esta misma semana por los diputados. Pero tras ser aprobada la ampliación, el líder laborista, Jeremy Corbyn, hizo una declaración a favor de aprovechar el tiempo extra para buscar un, “consenso entre las diferentes fuerzas políticas” y pidió responsabilidades a la primera ministra.  “En primer lugar tiene que aceptar que su acuerdo y la posibilidad de una salida sin acuerdo, simplemente, ya no son opciones viables. Y en segundo lugar debe poner a punto la legislación para enmendar la fecha de salida del 29 de marzo.

No me escuchó

En Washington, Donald Trump aprovechó una sesión de fotos con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, para lanzar dardos envenados contra el Reino Unido por la gestión del ‘brexit’. “La situación es muy compleja en estos momentos. Está dividiendo un país. En realidad, está dividiendo muchos países y es una pena que tenga que ser así” afirmó. El presidente americano criticó la forma en que May está llevando a cabo la salida de la Unión Europea. “Estoy sorprendido de lo mal que ha ido todo desde el punto de vista de la negociación, pero le expuse a la primera ministra mis ideas sobre cómo negociarlo. Ella no me escuchó y está bien, pero se pudo haber negociado de una manera diferente”. Trump estima que un nuevo referéndum, “no es posible porque sería muy injusto para los que han ganado”.