La policía israelí evacúa y cierra la Explanada de las Mezquitas

La tensión se ha vuelto a disparar en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. La policía israelí la ha evacuado y clausurado este martes después de que se lanzara un artefacto explosivo contra un puesto de control policial situado en el recinto. La versión de los agentes asegura que “unos sospechosos” han llegado al puesto y “han lanzado un cóctel molotov", según ha informado un portavoz de la policía en un comunicado.

Tras la explosión, que ha provocado un abundante humo negro, se ha desalojado el complejo, al que los musulmanes llaman Haram al Sharif (Noble Santuario) y los judíos, Har HaBayit (Monte del Templo), y se ha ordenado el cierre de todos sus accesos.

La policía ha arrestado a al menos tres personas por el ataque, que ha herido levemente a una agente por inhalación de humo y ha provocado daños materiales en el puesto policial.

Disputa en la Puerta Dorada

En las últimas semanas ha aumentado la tensión en torno a la Explanada de las Mezquitas -el tercer lugar más sagrado para los musulmanes y el primero para los judíos- por la disputa entre Israel y los palestinos en la zona de la Puerta Dorada. 

En este acceso a la ciudad vieja amurallada, llamado Puerta de la Misericordia, en árabe y hebreo, rezan grupos de fieles palestinos desde hace poco.

Junto a la Puerta Dorada, sellada desde época medieval y que, según la tradición judía, se abrirá cuando venga el Mesías, se encuentran las oficinas del comité de patrimonio islámico, cerradas por Israel en el 2003 por presuntas actividades políticas y clausuradas hasta nueva orden en el 2017 por una sentencia judicial.

La autoridad islámica jordana, Waqf -que administra los lugares santos musulmanes en la parte oriental de Jerusalén, ocupada por Israel desde 1967- llamó a los fieles a rezar junto a la Puerta Dorada a finales de febrero.

Poco después, las fuerzas israelís cerraron con una cadena el edificio provocando la ira de los palestinos, y jóvenes estudiantes la rompieron y oraron en el lugar. Más adelante, el Waqf puso una cadena, pero los jóvenes la retiraron.

Decenas de arrestos

A finales de febrero, las fuerzas israelís arrestaron a decenas de personas en las inmediaciones de la Explanada, entre ellas, el jefe del Consejo del Waqf, Sheij Abdel Azim Salhab, y el escritor y vicedirector de su departamento de investigación, Sheij Najeh Bkerat, que lideraron las acciones para reabrir el edificio.

El ministro jordano de Asuntos Islámicos, Abdel Naser Abu Basel, advirtió de que los arrestos suponían "jugar con fuego" por alterar el papel jordano de custodio. Israel inició conversaciones con Jordania para cerrar la crisis, pero de momento no han alcanzado ningún acuerdo. Un tribunal israelí decidió el lunes posponer una semana la decisión final sobre la reapertura del lugar a la espera de que las negociaciones den fruto. 

“Los ataques violentos en el complejo ponen de manifiesto el descontento palestino, quizás de grupos organizados, por las políticas israelís y por la incapacidad del Waqf de acabar con estas políticas. Algunos palestinos consideran que el Waqf fracasa en la defensa de los intereses musulmanes en el lugar”, opina Ofer Zalzberg, analista del 'think-tank' International Crisis Group (ICG) y experto en el statu quo de la Explanada.

Zalzberg cree que si en los próximos días "irrumpe la policía en medio de las oraciones o utiliza violencia contra los fieles, habrá un gran potencial para una escalada" de la situación y recuerda que el Gobierno del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, quiere evitar mostrarse "débil" a menos de un mes de las elecciones generales.

Condena de Abás

El presidente palestino, Mahmud Abás, condenó este martes la escalada de la tensión en la Explanada de las Mezquitas y dijo que es "el resultado de la persistencia de las fuerzas de ocupación (israelís) y de los colonos (judíos)".

El presidente palestino considera, según informó la agencia oficial palestina Wafa, que los colonos "provocan los sentimientos de los musulmanes con sus incursiones y violaciones de los ritos religiosos" en el recinto, donde por ley solo pueden rezar los musulmanes.