INVESTIGACIÓN EN EL PAÍS CENTROEUROPEO

Las sospechas de financiación ilegal señalan a la ultraderecha alemana

Los dirigentes de la ultra AfD Alice Weidel y Alexander Gauland, en el Bundestag.

Los dirigentes de la ultra AfD Alice Weidel y Alexander Gauland, en el Bundestag.

Carles Planas Bou

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"Somos el único partido que hace política sin la influencia de grupos de clientes y de los lobis". Desde su llegada a lo más alto de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel ha erguido la cabeza para reivindicar los supuestos logros de la nueva política. Sin embargo, las sospechas sobre la posible financiación ilegal del partido son cada vez más profundas. Y apuntan directamente a su presidenta parlamentaria.

El pasado noviembre una investigación destapó que Weidel, también responsable de la gestión económica del partido, aceptó una donación ilegal de hasta 130.000 euros para las elecciones del 2017, algo que la fiscalía investiga por posible delito. Ayer, en un nuevo episodio de un escándalo que arrastran desde hace meses, el semanario Der Spiegel y la revista Report Mainz revelaron que AfD había presentado ante el Bundestag, el Parlamento alemán, una lista de donantes parcialmente falsa.

Las nuevas revelaciones señalan que los supuestos mecenas que aportaron esos 130.000 euros niegan ahora haber financiado a la ultraderecha alemana. "Los interrogatorios realizados hasta ahora han confirmado las dudas de que las personas en cuestión sean realmente los presuntos donantes", ha señalado un portavoz de la Fiscalía de Constanza, que investiga el asunto.

Dinero suizo

El caso aún está plagado de interrogantes. Según señalan fuentes anónimas a los medios alemanes citados, a esos supuestos donantes que mintieron sobre su participación en las finanzas de AfD se les ofreció dinero. No obstante, se igonora quién les instigó a mentir.

Así también se desconoce exactamente quién hay detrás de los 130.000 euros que Weidel aceptó para las elecciones legislativas del 2017 y que podrían suponer una violación de la ley de partidos políticos. Una investigación de las emisoras NDR, WDR y del Süddeutsche Zeitung señala que las donaciones al distrito de Weidel provenían de una compañía farmacéutica de Zúrich que, poco después, confesó haber actuado como puente con un tercer actor no clarificado, algo prohibido. Preguntado ahora por las nuevas informaciones, el responsable de prensa de la colíder de AfD, Daniel Tapp, ha recurrido a una conspiración: "Cada vez está más claro que la cuenta fue contaminada para perjudicar a la señora Weidel y al partido".

Millonario con pasado nazi

¿Quién financia a la ultraderecha? Desde su irrupción en el mapa político alemán en el 2013 esta ha sido una cuestión no resuelta que ha levantado muchas sospechas. El pasado noviembre Der Spiegel destapó que el principal impulsor de AfD era el multimillonario August von Finck. Considerado uno de los hombres más ricos del país, se sospecha quye ha subvencionado el diario Deutschland Kurier, que sirve de plataforma de los políticos ultraderechistas para lanzar su mensaje, y actos de campaña a través de una agencia de relaciones públicas de Múnich, algo que podría suponer "una clara vulneración de los derechos de los partidos", según Der Spiegel.

Residente en Suiza, este controvertido empresario es conocido por haber financiado desde hace años partidos conservadores como la CSU, aliados de la cancillera Angela Merkel, o en los años 90 a la formación antieuropea Bund freier Bürger. El ‘Der Spiegel’ señaló que la cúpula de AfD habría estado al tanto de la existencia de donantes secretos desde su fundación, algo que desagradó a algunos miembros a causa de los “conflictos con el poder judicial”.

Para más inri, Von Finck arrastra una mancha parda en su historial. Su padre, banquero, se convirtió en uno de los hombres más ricos de Alemania tras financiar con hasta 28 millones de marcos a Adolf Hitler y participar de la expropiación de bancos judíos. El hijo amasó más fortuna con el comercio de oro. La empresa encargada de estas operaciones fue con la que apoyó a AfD y su nombre, Degussa, es curiosamente el mismo que el de la compañía que colaboró con el régimen nazi suministrándole Zyklon B, el gas usado las cámaras de exterminio.