UN DIVORCIO COMPLICADO

Tres diputadas conservadoras dimiten por la "desastrosa" gestión del 'brexit'

Las dimisionarias se unen al Grupo Independiente, creado por ocho laboristas que también han dejado su formación

La diputada conservadora Sarah Wollaston ha presentado su dimisión por la "desastrosa" gestión del 'brexit'.

La diputada conservadora Sarah Wollaston ha presentado su dimisión por la "desastrosa" gestión del 'brexit'. / periodico

Begoña Arce

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El efecto corrosivo del ‘brexit’ ha abierto las primeras grietas en los dos principales partidos británicos. Tres diputadas dejaron el miércoles el Partido Conservador por el giro que ha dado la formación bajo el Gobierno de la primera ministra, Theresa May, hacia la derecha más intransigente. Anna Soubry, Sarah Wollaston y Heidi Allen acusan a May y su equipo de estar “bajo el puño del ERG (el grupo ultra euroescéptico) y el DUP” (los unionistas norirlandeses). La gota que ha colmado el vaso para las disidentes ha sido "la desastrosa gestión del ‘brexit'” llevada cabo por May y las “consecuencias desastrosas” que pude tener un no acuerdo para economía y la sociedad británica. El anuncio tuvo lugar el mismo día en que May se disponía a viajar nuevamente a Bruselas para tratar de arrancar nuevas concesiones a la Unión Europea sobre la salvaguarda para Irlanda del Norte. 

La escuadra antieuropea

“El ‘brexit’ ha redefinido al Partido Conservador, anulando todos los esfuerzos hechos para modernizarle”, señalan las tres exdiputadas en su carta conjunta de renuncia dirigida a la primera ministra. “Nosotras no hemos cambiado”, afirman. “Es el partido el que ha cambiado y ya no representa los valores y convicciones que hemos compartido con millones de personas en el Reino Unido”. Poco después, en una conferencia de prensa conjunta, Soubry, ha denunciado la manera en que “el ala derechista, la escuadra antieuropea de línea dura, ha destruido cada líder durante los últimos 40 años y ahora dirige el Partido Conservador de arriba abajo”.

May ha respondido con un comunicado estándar, en el que se limita a mostrar su “tristeza por la decisión” y a repetir que está haciendo “lo correcto por nuestro país” en la gestión del 'brexit'. “Estoy decidida a que, bajo mi liderazgo, el Partido Conservador ofrezca siempre la política decente, moderada y patriótica, que la gente de este país merece”. Las renuncias se han divulgado pocos minutos antes del inicio del turno semanal de preguntas y respuestas de la primera ministra en la Cámara de los Comunes. La sesión no ha podido ser más extraña. En lo que podría  considerarse como una actitud muy típicamente inglesa, ni May, ni Jeremy Corbyn, jefe de la oposición, han aludido en algún momento en sus intervenciones al que sin duda era el gran desafío político en aquel instante en el Palacio de Westminster.

Laborismo irreconocible

El trio disidente se unió al ‘Grupo Independiente’, constituido a principios de esta semana por ocho exdiputados laboristas moderados, que han dejado la formación de Corbyn por sus profundas desavenencias con el líder. A Corbyn echan en cara su ambiguedad con el 'brexit' y la deriva marxista-leninista del laborismo que ha hecho del partido algo “irreconocible”. También le recriminan el no haber respondido con suficiente contundencia a los brotes de antisemitismo en la formación. “Nunca hemos tenido este problema en el Partido antes de que él fuera el líder. Lo trajo él. Me temo que es parte de su política”, declaró a la BBC, la exdiputada laborista Joan Ryan, la última en marcharse.

El denominador común de los componentes del grupo, posible embrión de un partido de centro, según los más optimistas, aunque esa esperanza quede aún muy lejana, es el rechazo al ‘brexit’ y la convicción de que las dos formaciones tradicionales de la política británica se han escorado hacia los extremos y son incapaces de responder a las necesidades actuales de la sociedad. Su importancia está aún por calibrar. Es evidente que el Gobierno en minoría de May es ahora aún más minoritario. Lo ocurrido también refleja hasta qué punto son profundas las diferencias entre los 'tories'. Pero desde el punto de vista de la aritmética parlamentaria, la fuga no varía en nada el resultado de futuras votaciones sobre el ‘brexit’. Todos los componentes del grupo están contra el acuerdo de May, se opusieron a él y seguirán haciéndolo. Su decisión sin embargo puede atraer a otros descontentos en ambos partidos, e incluso dentro del Gobierno, dispuestos a impedir a toda costa que el Reino Unido deje la UE sin un pacto.

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