DESHIELO

Trump y Kim Jong-un se reunirán por segunda vez en Vietnam el 27 y 28 de febrero

El diálogo entre EEUU y Corea del Norte se encuentra estancado desde la cumbre de Singapur

Fotografia de archivo fechada el 12 de junio de 2018  que muestra al presidente de Estados Unidos  Donald J  Trump  d   y al lider norcoreano  Kim Jong-un  i   mientras se dan la mano al comienzo de una cumbre historica en Singapur.

Fotografia de archivo fechada el 12 de junio de 2018 que muestra al presidente de Estados Unidos Donald J Trump d y al lider norcoreano Kim Jong-un i mientras se dan la mano al comienzo de una cumbre historica en Singapur. / periodico

Adrián Foncillas

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Donald Trump y Kim Jong-un se reencontrarán en Vietnam el 27 y 28 de febrero para profundizar en el proceso de desnuclearización de Corea del Norte. El presidente estadounidense no ha concretado la ciudad, que los rumores sitúan en la capital, Hanoi, o en la costera Danang, la célebre base militar estadounidense durante la guerra de Vietnam. Será la oportunidad de que ambos concreten los términos del vaporoso acuerdo firmado el pasado año en Singapur.

“Si yo no hubiera sido elegido presidente de los Estados Unidos, ahora estaríamos en una masiva guerra con Corea del Norte”, ha juzgado Trump en un discurso con tintes mesiánicos. El presidente se ha esforzado en contrarrestar todas las críticas por la falta de avances tras aquella cumbre que sólo él considera un éxito rotundo.

“Nuestros rehenes han regresado a casa, las pruebas nucleares se han detenido y no ha habido un lanzamiento de misiles en 15 meses”, ha detallado. Nada de eso es falso pero cuesta no concederle más mérito a Kim Jong-un o a su homólogo surcoreano, Moon Jae-in. El primero originó el deshielo con aquel discurso de año nuevo de 2017 en el que apelaba al diálogo y el segundo engrasó la diplomacia mientras Pionyang y Washington intercambiaban amenazas de destrucción masivas.

La segunda cumbre se había anunciado para finales del pasado año pero las diferencias de interpretación sobre el acuerdo de Singapur la han retrasado. Pionyang, además de los gestos mencionados por Trump, también destruyó su principal silo nuclear, desmanteló el complejo científico de Sohae y devolvió los restos de soldados muertos en la guerra. Es comprensible, pues, que lamente que Washington no haya levantado una sola de las sanciones que estrangulan su economía. Estados Unidos, por su parte, espera una actitud más briosa de Pionyang antes de levantar el embargo.

Esfuerzos diplomáticos

La diplomacia se ha esforzado en los últimos meses en discutir los malentendidos para evitar que se repitan en Vietnam. El secretario de Estado, Mike Pompeo, recibió en enero en Washington al negociador norcoreano, Kim Yong-chol. Días después se reunió en Estocolmo Stephen Biegun, alto funcionario estadounidense, con el viceministro de Asuntos Exteriores norcoreano, Choe Son-hui, y el representante surcoreano para asuntos de la península, Lee Do-hoon. Y esta semana aterrizará Biegun en Pionyang.

Corea del Norte podría colocar sobre la mesa el desmantelamiento de instalaciones icónicas de su programa nuclear como Yongbyon. De Estados Unidos se espera algún tipo de ayuda económica o incluso la firma del tratado de paz de la guerra de Corea que finalizó en 1953 con un armisticio. “Aún queda mucho trabajo por hacer, pero mi relación con Kim Jong-un es buena”, ha aclarado hoy Trump.

Serán días ajetreados para el presidente estadounidense en Asia. En el mismo viaje también visitará Pekín para reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping. El asunto más urgente es cerrar un acuerdo que resuelva la guerra comercial antes del 1 de marzo, cuando finaliza el plazo que ambos se dieron en diciembre. Después regresará la escalada arancelaria.