May busca una alternativa novedosa que permita reabrir el acuerdo del 'brexit'

Theresa May visitará este martes Irlanda del Norte para pronunciar otro discurso sobre el ‘brexit’ y confirmar, una vez más, el compromiso del Gobierno de evitar una frontera dura cuando el Reino Unido deje la Unión Europea. La primera ministra no ha conseguido hasta ahora que los unionistas norirlandeses acepten el acuerdo que firmará con los Veintisiete, donde se incluye una salvaguarda sobre el asunto fronterizo. May, según anunciaron sus portavoces, tiene intención de viajar a Bruselas a finales de esta semana para entablar conservaciones con representantes de la UE y ofrecerles alguna alternativa novedosa, por el momento inexistente, que desbloquee el ‘brexit’.

No se vislumbra una solución en el horizonte. Mientras, el 29 de marzo, el día oficial de la salida, que May mantiene, se echa encima. Entre diputados de todos los partidos en la Cámara de los Comunes se sospecha que May está dejando correr el tiempo para forzar en el último instante el apoyo a su plan y evitar la catástrofe de una salida por las bravas. Una estrategia peligrosa porque sobre la salvaguarda, ni Bruselas, ni los rebeldes conservadores parecen dispuestos a ceder.   

Tecnología y mayor cooperación

El lunes, el ministro para el ‘brexit,’ Stephen Barclay, comenzó en Londres lo que serán tres días de discusiones entre diputados conservadores y funcionarios de la Hacienda británica (HMRC) para buscar alternativas al problema de la frontera. La fórmula presentada por parlamentarios ‘tory’ a favor y en contra de la salida es el llamado 'Malthouse Compromise', que propone la retirada de esa garantía en Irlanda del Norte a cambio de la extensión del periodo de transición hasta el final del 2021 (un año más de lo previsto hasta ahora), a fin de lograr un acuerdo comercial durante ese tiempo con la UE.

El grupo defiende que el uso de tecnología y una mayor cooperación evitaría los controles en la demarcación que separa el territorio británico de la República de Irlanda. Los rebeldes más recalcitrantes, como Jacob Rees-Mogg, que preside el European Research Group a favor de la salida, admitió que podría “tragar con cierta repugnancia” el acuerdo de May, si la salvaguarda es reemplazada por el Malthouse Compromise, aunque sería “muy feliz” de dejar la UE sin acuerdo.   

Muy frustrante

La propuesta no es nueva y las reuniones de Barclay se contemplan en Westminster con escepticismo. El mismo grupo de diputados ya se reunió la pasada semana en Downing Street, sin hacer progresos. El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, calificó de “muy frustrante” que el Gobierno británico “haya retornado a la idea de la tecnología”, que ya se ha examinado exhaustivamente durante meses, para ser rechazada.

El titular irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, señaló por su parte que el Ejecutivo en Dublín se ha resistido a los intentos del Gobierno británico de entablar relaciones bilaterales sobre este método en la frontera. Donohoe desmintió al ministro de Interior británico, Sajid Javid, quien aseguró el domingo que ya existía una tecnología capaz de solucionar el problema fronterizo. “Si alguien se lo ha enseñado, creo que nos encantaría verla. No tengo ninguna prueba de ello”, le retó Donohoe.

Evitar la incertidumbre

Desde Japón, la cancillera alemana, Angela Merkel, pidió al Reino Unido y a la UE que hicieran prueba de “creatividad” y “buena voluntad” en sus futuras discusiones sobre el ‘brexit’. Pero Merkel subrayó que el acuerdo de salida no es negociable. “Hay que hacer todo lo necesario para evitar un ‘brexit’ sin acuerdo, que aumentaría la incertidumbre”, declaró, pero en cuanto al pacto ya firmado “no lo queremos reabrir” y “no está en nuestros planes hacerlo”.