GUERRA COMERCIAL

China denuncia motivaciones políticas tras las acusaciones de EEUU a Huawei

Pekín califica de "injustas e inmorales" las imputaciones de Washington al gigante de las telecomunicaciones

Logo de la empresa Huawei.

Logo de la empresa Huawei. / periodico

Adrián Foncillas

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China ha calificado las acusaciones contra Huawei de "injustas e inmorales" y ha prometido que la protegerá de la campaña de difamación diseñada por Washington. Son las primeras reacciones tras la letanía de cargos presentados ayer por el Departamento de Justicia estadounidense contra el gigante de telecomunicaciones chinoDepartamento de Justicia estadounidense gigantetelecomunicaciones chino. La tensión alcanza su zénit en las vísperas de las negociaciones bilaterales que debían aceitar la solución a la guerra comercial que libran las dos grandes potencias económicas. La inmediata caída de las bolsas desaconseja el optimismo.

Pekín abundó en la teoría de los espurios motivos políticos. El Ministerio de Exteriores acusó a Estados Unidos de movilizar su poder estatal para “mancillar” la reputación de algunas compañías chinas en un “intento de estrangular” sus operaciones empresariales. También aireó su “profunda preocupación” por las “poderosas motivaciones y manipulaciones políticas”. El comunicado acaba exigiendo a Washington que detenga su “irracional represión” contra las compañías chinas. Wen Ku, alto funcionario del Ministerio de Industria, consideró las acusaciones “injustas e inmorales”.

Guerra comercial

Las primeras contestaciones oficiales a lo que Pekín considera una afrenta personal pueden juzgarse de tibias. Será necesario esperar a la prensa oficial de mañana para medir su cabreo. Es habitual que China utilice sus medios de propaganda para emitir las opiniones que no caben en la diplomacia. Cualquier contención mañana será una mayúscula sorpresa. Pekín ha repetido que detrás del 'caso Huawei' late la guerra comercial y los esfuerzos desesperados de Washington por frenar el avance de las compañías chinas en el desarrollo de la tecnología 5G, comparada con el invento de la electricidad o de la imprenta.

Estados Unidos está ignorando completamente las reglas de los negocios y sometiendo a una represión salvaje a Huawei en lo que supone la peor persecución en décadas de globalización”, decía esta semana el rotativo ultranacionalista 'Global Times'.

La compañía de Shenzhen se mostró “decepcionada” tras conocer las acusaciones. Huawei sostiene en un comunicado que “buscó la oportunidad para discutir la investigación” con el Departamento de Justicia pero “la solicitud fue rechazada sin ninguna explicación”. También recuerda que las acusaciones de robo de secretos comerciales ya fueron resueltas cuando un jurado de Seattle no encontró daños ni conducta intencionada y maliciosa.  Y por último niega que la compañía y sus afiliadas cometieran ningún delito.

La acusación del Departamento de Justicia llega dos días antes de que Donald Trump reciba en Washington a Liu He, al mando de las negociaciones sobre la guerra comercial. Ambos países habían alardeado de buena predisposición en las horas previas. La prensa china se ha mostrado razonablemente optimista y Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, vaticinó “progresos significativos”. La bomba Huawei cambia el escenario. Se aproxima el vencimiento de los tres meses que ambos gobiernos se dieron en la cumbre del G-20 para negociar sus diferencias antes de reemprender la escalada arancelaria y la paz se antoja quimérica.

La crisis se desató en diciembre con la detención en Canadá de Sabrina Meng, alta ejecutiva de Huawei e hija del fundador. Hoy permanece en arresto domiciliario mientras espera que se decida su extradición a Estados Unidos, que tiene de plazo hasta mañana para solicitar el envío.

Cualquier esperanza de arreglo quedó dinamitada ayer con las dos docenas de gravísimas acusaciones contra el buque insignia tecnológico de China: fraude bancario, blanqueo de capitales, obstrucción a la justicia, conspiración, violación del embargo a Irán y robo de secretos.

El Departamento de Justica presentó un escrito demoledor.  Las violaciones, sostiene, fueron ordenadas desde la cúspide de la compañía. Sus acciones pusieron en riesgo la seguridad de Estados Unidos. Y la expansión global de Huawei descansó en “las mentiras y los engaños”.

El FBI asegura contar con emails que demuestran que Huawei ofreció pagos a sus empleados a cambio de información robada a competidores extranjeros. Así se habría hecho con un componente de la multinacional T-Mobile para fabricar teléfonos, añade. Meng está acusada de mentir a un banco sobre las relaciones de Huawei con su filial, Skycom, a través de la cual habría vendido equipos informáticos a Irán.