FALLO JUDICIAL CONTROVERTIDO

El Supremo de EEUU avala la decisión de Trump de vetar a los transgénero en el Ejército

Un informe del Pentágono sostenía que la incorporación a filas de estas personas "pone en riesgo la eficacia y letalidad militar" de las tropas

Trump, el pasado jueves.

Trump, el pasado jueves. / periodico

Ricardo Mir de Francia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dos años después de que los tribunales frenaran la implementación del veto contra los militares transgénero en el Ejército, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado temporalmente la razón a la Administración Trump para que pueda aplicar la nueva normativa. La decisión es meramente transitoria y no servirá para prejuzgar lo que determinen las instancias judiciales inferiores, pero de momento permitirá al Pentágono impedir el alistamiento de los militares transgénero a menos que se identifiquen con su género biológico. En el fallo ha prevalecido la opinión de la nueva mayoría conservadora en el Supremo, que ha impuesto su criterio por cinco votos a cuatro. La batalla judicial continúa en los tribunales inferiores y nada indica que esta vaya a ser la última palabra.

El fallo representa un paso atrás en el tiempo, después de que la Administración de Barack Obama levantara la prohibición contra los transexuales en el 2016, seis años después de acabar también con la política que impedía a los homosexuales servir abiertamente en el Ejército. La nueva normativa les abrió a su vez las puertas para someterse a operaciones de cambio de sexo tras décadas de discriminación palmaria. “No podemos permitir que las barreras ajenas a las cualificaciones de las personas nos impidan reclutar y quedarnos con aquellos mejor preparados para cumplir la misión”, dijo el entonces secretario de Defensa de Obama, Ashton Carter.

Cambio radical de Obama a Trump

Según datos del Pentágono, casi 9.000 militares se identificaron en el 2016 como transgénero y 937 fueron diagnosticados con disforia de género, una condición que les permitió iniciar el tratamiento para cambiar de sexo. Y así fue hasta que Trump llegó al poder. En el verano del 2017, el presidente anunció por sorpresa un giro de 180 grados en las políticas de Obama. “Nuestros militares tienen que estar centrados en una victoria decisiva y sin paliativos. No pueden verse lastrados por los tremendos costes médicos y la perturbación que supondrían los transgénero en el Ejército”, escribió Trump en las redes sociales.

Poco después el Pentágono respaldó su posicionamiento al afirmar en un informe que la normativa de Obama representa “demasiados riesgos para la efectividad y letalidad militar”. Pero la prohibición nunca llegó a entrar en vigor porque fue impugnada por los defensores de los derechos de la comunidad LGBT y bloqueada en los tribunales federales. Ahora la decisión del Supremo vuelve a poner la rueda en marcha, aunque la prohibición se aplicará con algunas excepciones. No impedirá el servicio de los 900 militares que ya sirven abiertamente como transgénero ni de todos aquellos que acepten identificarse con su sexo biológico. Pero sí podría tener consecuencias para el resto.

“Desgraciadamente, la suspension por parte del Supremo de las órdenes preeliminares de los tribunales inferiores significa que los valientes militares transgénero serán despedidos mientras se sigue litigando el veto en los tribunales”, ha dicho Jennifer Levi desde Legal Advocates & Defenders, una organización que defiende los derechos de la comunidad LGBT.