GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Estado Islámico atenta contra otro convoy estadounidense en Siria

Un coche bomba ha matado a cinco miembros de la coalición aliada de EEUU y ha herido a dos soldados norteamericanos

Combatientes kurdosirios montan guardia en el lugar del atentado, próximo a la ciudad siria de Hasaka.

Combatientes kurdosirios montan guardia en el lugar del atentado, próximo a la ciudad siria de Hasaka. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Un coche bomba del Estado Islámico ha matado este lunes al menos cinco milicianos de las milicias kurdosirias de las YPG, las aliadas de los Estados Unidos en Siria. Los guerrilleros kurdosirios viajaban en un convoy estadounidense, en el que dos norteamericanos también han resultado heridos. El ataque ha ocurrido al sur de la ciudad de Hasaka, situada al este de Siria y bajo control de las YPG.

El atentado se ha perpetrado a través de un coche cargado de explosivos, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH). El conductor del vehículo se ha lanzado contra el convoy estadounidense cuando se aproximaba y se ha hecho estallar. Los coches militares se dirigían al sur: a las zonas donde tienen lugar los últimos combates contra el último pequeño territorio aún controlado por el Estado Islámico.

Allí —en una pequeña franja cerca de la frontera con Irak—, acorde con los servicios de inteligencia occidentales, se esconde el líder del grupo yihadista, Abu Bakr al Bagdadi, al que se ha dado por muerto y resucitado en varias ocasiones.

Frente abierto

Es el segundo caso de un atentado realizado expresamente contra militares estadounidenses en una semana. El anterior ocurrió el pasado miércoles, también en las zona de las YPG, cuando un hombre cargado de explosivos entró en un restaurante en la ciudad de Manbij, donde había soldados estadounidenses y kurdos. Como consecuencia de la explosión murieron 10 civiles, dos milicianos sirios y cuatro soldados norteamericanos. Tras este atentado de la semana en Manbij, las milicias kurdosirias detuvieron en esa ciudad a siete personas que, según el OSDH, confesaron planear otros ataques más en nombre del Estado Islámico.

La lucha, en esa zona, continúa y aún está lejos de terminar, sobre todo porque es extremadamente fácil entrar y salir de la región y muchos yihadistas acaban huyendo y creando células durmientes por toda Siria con las que, periódicamente, lanzan ataques esporádicos.