PLENO EN ESTRASBURGO

La posibilidad de retrasar el 'brexit' empieza a cuajar entre los Veintisiete

El negociador europeo del 'brexit', Michel Barnier, en su comparecencia ante el Parlamento Europeo, en Estrasburgo.

El negociador europeo del 'brexit', Michel Barnier, en su comparecencia ante el Parlamento Europeo, en Estrasburgo. / periodico

Silvia Martinez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La idea de que el Reino Unido necesitará más tiempo para buscar una solución al impasse que vive el ‘brexit’ tras el rotundo rechazo del acuerdo –por 432 votos frente a 202- en el Parlamento británico ha empezado a calar entre los dirigentes europeos. “El principal objetivo es evitar un brexit duro. Si necesitamos más tiempo para llegar ahí entonces deberíamos considerar esa opción”, asegura el canciller austríaco, Sebastian Kurz. “Si Reino Unido pide más tiempo, Irlanda no será un obstáculo”, garantiza el ministro de exteriores irlandés, Simon Coveney.

Nadie en la UE quiere un ‘brexit’ caótico así que la hipótesis de retrasar la aplicación del artículo 50, que regula la salida de la UE, más allá del 29 de marzo ha cuajado en las capitales europeas. “Técnicamente es posible”, reconoce la secretaria de estado francesa para Europa, Nathalie Loiseau. La cuestión, en su opinión, es “por cuánto tiempo y para qué” porque un retraso podría plantear problemas de cara a las elecciones europeas del próximo 26 de mayo, en las que no está previsto que el Reino Unido participe, y habría que encontrar una solución jurídica si el retraso se prolonga más allá de la constitución del nuevo Parlamento en julio. Según fuentes citadas por la agencia Bloomberg, la UE podría retrasar la salida durante meses, hasta la segunda mitad de 2019.

En todo caso, "retrasar el plazo solo tiene sentido si existe un camino que Londres quiera emprender y que tenga como objetivo que haya un acuerdo para el ‘brexit’. Y hasta el momento es no es una postura mayoritaria en el Parlamento británico”, reconoce el ministro alemán Heiko Maas. Ese es el quid de la cuestión: si la primera ministra británica, Theresa May, será capaz de regresar a Bruselas con un plan concreto bajo el brazo que convenza a sus colegas de parar el reloj del 'brexit'.

“No se puede volver atrás y cambiar el principio pero podemos empezar donde estamos y cambiar el final”, ha sugerido el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, parafraseando al escritor C.S.Lewis. También la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, entienden que hay tiempo y que todo depende de May . De momento, el Gobierno británico no ha pedido ninguna prórroga. Solo si la plantea y justifica los motivos los 27 tendrán que decidir (por unanimidad) si la aceptan.

Cambio de líneas rojas

Mientras tanto, la posición entre los 27 no ha cambiado: el acuerdo entre la UE y el Reino Unido es “el mejor compromiso posible” y no se renegocia. Pero si Londres acepta mover sus “líneas rojas” -no a la unión aduanera, al mercado interior y la libre circulación de personas- el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, podría explorar nuevas posibilidades en el marco de la futura relación. “Si el Reino Unido decide cambiar sus líneas rojas, y ser más ambicioso e ir más allá de un simple acuerdo de libre comercio en la futura relación, entonces la UE estaría lista inmediatamente para apoyar y responder favorablemente”, ha explicado el político francés durante el primer balance público del resultado del voto del martes en Westminster.

Lo primero será conocer las intenciones del Gobierno británico porque el voto ha demostrado que no se dan las condiciones políticas para la ratificación” ni hay “una mayoría positiva” para definir “un proyecto alternativo”. “Mientras no se encuentre una salida a este impasse político, mientras no se prevea una salida apoyada por una mayoría, no podremos avanzar. Por eso las próximas etapas las tiene que indicar claramente el Gobierno británico”, ha avisado Barnier.

Planes de contingencia

Por si acaso, la UE seguirá acelerando los preparativos para un divorcio sin acuerdo porque esta eventualidad ha cobrado fuerza tras el voto. “Estamos a 16 de enero, a solo 10 semanas del momento que ha escogido el Gobierno británico para convertirse en una país tercero. Hoy, cuando faltan 10 semanas, el riesgo de un no acuerdo nunca ha sido tan grande. Nuestra determinación es evitar este escenario pero también tenemos una responsabilidad. Y por eso vamos a redoblar nuestros esfuerzos para estar preparados”, ha avisado Barnier sobre los preparativos de los planes de contingencia.

El margen temporal es pequeño y el reloj juega en contra y así lo han advertido también desde la Eurocámara, que tendrá que ratificar el acuerdo. En este sentido, el líder de los liberales, Guy Verhoftstadt, ha reclamado al Reino Unido que redefina las líneas rojas “impuestas de forma unilateral por la línea dura del partido Conservador” mientras los socialistas han abierto la puerta a una prórroga si May acude con un plan alternativo que no malgaste "más el tiempo”.

En todo caso, “si la Cámara de los Comunes es incapaz de encontrar una mayoría, la única alternativa consistirá en preguntar a los británicos si quieren un 'brexit' según lo negociado por el Gobierno británico", ha avisado el copresidente de los Verdes, Philippe Lamberts. Una opción que ahondará todavía más la brecha, según el euroescéptico británico, Nigel Farage. "Si la traición se consuma y se nos fuerza a votar en un segundo referéndum podrían encontrarse con una gran sorpresa. Si nos obligan a volver a dar la batalla será un león que van a despertar y les aseguro que ganaremos ese segundo referéndum con un mayor margen”, ha avisado el que fuera líder del UKIP.