AGITACIÓN SOCIAL EN FRANCIA

Los 'chalecos amarillos' preparan su agenda para el 2019

El movimiento promete no dar tregua al Ejecutivo de Macron, ni siquiera el último día del 2018

Chalecos amarilos

Chalecos amarilos / EFE / EPA SEBASTIEN NOGIER

Irene Casado

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Bastaron dos meses, los últimos de 2018, para que la cólera de la Francia más rural y periférica eclosionase en un movimiento social inédito: los ‘chalecos amarillos’. La subida del impuesto sobre los carburantes, medida enmarcada en la política de transición energética defendida por Emmanuel Macron, fue la "gota que colmó el vaso"El sábado 17 de noviembre, esa "gota" consiguió movilizar a más de 280.000 manifestantes en toda Francia, su signo distintivo no era otro que un chaleco amarillo reflectanteEl sábado 17 de noviembre, esa "gota" consiguió movilizar a más de 280.000 manifestantes en toda Franciachaleco amarillo reflectante.

El rechazo de la polémica tasa dio paso a una protesta generalizada contra la pérdida del poder adquisitivo de las clases medias. Desde entonces, los ‘chalecos amarillos’ han conseguido incluir sus reivindicaciones en la agenda política y mediática, marcando el compás de las últimas horas de 2018, bajo la promesa de continuar haciéndolo en 2019.

Fiesta en los Campos Elíseos

"Invitamos a todos los ‘chalecos amarillos’ que quieran continuar la lucha pacíficamente y de manera festiva a venir a los Campos Elíseos el 31 de diciembre para celebrar, juntos, el paso al nuevo año. Un año 2019 que, estamos seguros, estará repleto de cambios y victorias". Con esta convocatoria, difundida a través de Facebook, el movimiento promete no dar tregua al Ejecutivo de Macron, ni siquiera durante la noche de San Silvestre.

Ni el 'mea culpa' de Emmanuel Macron, ni la retirada de la subida del impuesto sobre los carburantes, ni la proclamación del "estado de emergencia económica y social", ni el paquete de concesiones económicas que le acompañan, han conseguido convencer a los ‘chalecos amarillos’. Si bien el número de participantes se ha reducido de manera considerable en las últimas movilizaciones -el pasado sábado 29 de diciembre, 12.000 personas se manifestaron en todo el territorio francés, 800 en París-, los ‘chalecos amarillos' pronostican que el mes de enero estará marcado por "una movilización a gran escala", en palabras de Benjamin Cauchy, uno de los rostros visibles del movimiento en la ciudad de Toulouse, interrogado por 'Le Journal du Dimanche'.

Nueba propuesta, el 12 enero

Un pronóstico respaldado por Éric Drouet, camionero de profesión y uno de los principales instigadores del movimiento: "El acto 8 y el 9… están ya preparándose", confirmaba ante las cámaras de CNews, el pasado miércoles 26 de diciembre. De hecho, bajo el título 'París, aquí estamos de nuevo', el 'acto 9' propone una nueva jornada de protestas en el barrio de La Défense, principal polo económico de la capital francesa, el próximo 12 de enero.  

El balance de final de año no es nada desdeñable para los ‘chalecos amarillos’. En tan sólo dos meses de bloqueos, movilizaciones y protestas han conseguido captar la atención del presidente de la República; el anuncio de un paquete de medidas sociales y económicas que costarán al Estado cerca de 10.000 millones de euros; la retirada de una de las medidas estrellas de Macron en materia de transición ecológica; y el lanzamiento de un debate sobre el referéndum de iniciativa ciudadana.

Desconfianza en las instituciones

La crisis social encarnada por los ‘chalecos amarillos’, no solo está ligada a la pérdida prolongada del poder adquisitivo de las clases medias, sino también al aumento de la desconfianza de la sociedad en las instituciones democráticas y sus líderes. Una desconfianza que, por ahora, Emmanuel Macron no ha conseguido sosegar. En este contexto, las concesiones económicas del Ejecutivo, así como sus respectivos discursos, no parecen suficientes para acabar con la cólera de una Francia que se siente vilipendiada y olvidada por un poder que, a su parecer, gobierna por y para las clases más acomodadas.  

Emmanuel Macron y Edouard Philippe, su primer ministro, pondrán fin al 2018 con una cuota de popularidad poco alentadora: sólo el 27% de los franceses tiene una buena imagen de su presidente y el 31% de su primer ministro -cifras que suponen una caída de cinco puntos respecto al mes de noviembre y constituyen la cuota más baja desde la inauguración del quinquenio-, según un sondeo publicado el 18 de diciembre por Odoxa.

Varapalo a la imagen de Macron

La crisis de los ‘chalecos amarillos’ se traduce así en un importante varapalo para la imagen de Macron y de su Ejecutivo, pero también en un verdadero obstáculo para continuar con sus reformas en el 2019.

Las medidas incluidas en el paquete de "emergencia económica y social", con un coste de 10.000 millones de euros para el Estado, supondrán un aumento del déficit público, superando el umbral del 3% del PIB el próximo año. Al aumento del déficit, se suma un crecimiento económico en 2018 del 1,5%, 0,2 décimas inferior al esperado por el Gobierno. Según las previsiones del Instituto Nacional de Estadística (Insee) y el Banco de Francia, el crecimiento en 2019 podría ser todavía inferior. Un panorama poco favorable para Macron cuyo discurso gravitaba entorno a la reducción del déficit público y la mejora del crecimiento, relegando la redistribución a un segundo tiempo.

Seguro de desempleo y jubilaciones

En este contexto, el descontento y malestar social dejan poco margen de maniobra al presidente de la República y a su mayoría en el Gobierno para continuar con su proyecto político. Un proyecto que incluye reformas especialmente sensibles: el seguro de desempleo y las jubilaciones.

El tempo de la agenda política de Macron estará, sin duda, marcado por las elecciones europeas del próximo mes de mayo. Una cita con las urnas que muchos consideran como un referéndum por o contra el presidente de la República. El escrutinio se anuncia espinoso para La République En Marche (LREM): el partido de la líder de extrema derecha Marine Le Pen, Ressemblement Nacional, contaría con el 24% de la intención de voto, confinando a la formación macronista al segundo puesto, según un sondeo publicado el 21 de diciembre por France Info.

Sin olvidar, que los ‘chalecos amarillos’ estudian actualmente la posibilidad de concurrir a dichas elecciones con su propia lista de candidatos. Un hipotético escenario que complica un poco más el horizonte de Emmanuel Macron y de su estrategia política, económica y social de cara al año venidero.

TEMAS