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La revuelta popular armenia se revalida en las urnas

El revolucionario Nikol Pashinyán, actual primer ministro, se mantendrá en el poder con una enorme mayoría, según los sondeos

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, tras votar en Ereván.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, tras votar en Ereván. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Ha pasado medio año y Nikol Pashinyán, el líder de la revuelta popular armenia, ha cambiado la camiseta de camuflaje por la camisa, la americana y la corbata. La mochila por la cartera y el coche oficial. Las zapatillas deportivas por las de vestir. De la etiqueta rebelde de opositor empedernido a la de señor primer ministro.

La vida de Pashinyán, tras abril de 2018, ha cambiado rotundamente: ahora es coreado por la calle y antes no. Pero hay cosas que han seguido igual: sigue viviendo en su piso de tres habitaciones en una barriada industrial de Ereván, la capital armenia. Este domingo por la mañana, durante las elecciones legislativas anticipadas que servirán para mantenerle en el poder, su colegio electoral estaba tranquilo. A la expectativa de quién tenía que llegar en  unas pocas horas.

«Estamos encantados con él y con la revolución. Fue algo precioso: todo el pueblo luchando para la democracia. Y lo mejor es que triunfamos. Lo conseguimos. Antes Armenia no era una democracia y ahora sí», dice Seyrán, jubilado de 70 años y vecino de Pashinyán, a punto de llegar.

Cánticos de victoria

Cánticos de victoriaEntonces, tras unos minutos y por enorme placer de Seyrán —y, a decir verdad, de los demás votantes del colegio— llega el primer ministro y su comitiva. Las cámaras se arremolinan a su lado. El caos: señores quieren estrecharle la mano a su héroe; señoras, besarle las mejillas. Los periodistas gritan. Estas elecciones se ven como un momento histórico en Armenia: un cambio de era.

Los resultados se esperan durante el lunes por la mañana pero las dudas son pocas. Pashinyán ganará. Faltará saber, eso sí, si lo hará con el 60%, el 70% o el 80% de los votos, como indican muchos sondeos. Su popularidad es absoluta y hasta los partidos de oposición no se atreven a criticar demasiado al primer ministro.

«Ya hemos conseguido nuestro objetivo principal: hacer unas elecciones democráticas de verdad. Para el futuro, nuestro camino es fortalecer aún más la democracia en Armenia», ha dicho el primer ministro tras votar. Y Armenia lo celebra.