PERFIL

Meng Wanzhou: Una discreta heredera a pesar de la voluntad de su padre

Meng Wanzhou, en una sesión del Foro de Inversión de Capital de VTB, en Moscú, el 2014.

Meng Wanzhou, en una sesión del Foro de Inversión de Capital de VTB, en Moscú, el 2014. / periodico

Adrián Foncillas

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Las portadas globales se antojan incómodas para Meng Wanzhou tras haber sublimado la discreción y la humildad. Los medios han recurrido a retales de aquí y allá para elaborar las apresuradas biografías de la directora financiera de Huawei, el titán de telecomunicaciones chino. De Meng, la víctima colateral de la fragorosa guerra comercial que libran Pekín y Washington, se sabe menos que de cualquier empresario chino de medio pelo.

Meng es hija del mítico Ren Zhengfei, quien, con el equivalente de 2.500 euros, creó en 1987  la multinacional que hoy se expande en los cinco continentes. Del patriarca, a pesar de su alergia a los focos, se sabe mucho más. No hay aeropuerto chino que no ofrezca sus biografías como inspiración para empresarios: su nacimiento en el seno de una familia de campesinos en la montañosa provincia de Guizhou, las negativas del Partido Comunista a aceptarlo o su paso por el Ejército.

Meng, también conocida como Sabrina o Cathy, adoptó el apellido materno a los 16 años, una decisión poco habitual en la sociedad patriarcal china. Se graduó en la universidad en 1992 y fue contratada por el Banco de la Construcción de China, uno de los cuatro gigantes financieros estatales. Un año después entró en la empresa familiar sin los privilegios que se esperan de la hija del jefe. Ejerció de mecanógrafa, respondió llamadas, elaboró catálogos y otras funciones administrativas que compartió con otras dos secretarias. A finales de la década estudió un máster de contabilidad en la Universidad de Ciencia de Huazhong y regresó a la compañía con el bagaje formativo necesario para subir en el escalafón.

Relativismo

Desde el departamento financiero ha elaborado algunas de las estrategias que explican la huella global de Huawei. Está detrás de la creación de los cinco centros de servicios repartidos por el mundo, del acuerdo con IBM que mejoró la gestión de información del grupo y de los planes de desarrollo futuros. Ren había establecido en 2011, tras ser diagnosticado de cáncer, un sistema rotatorio de cuatro presidentes para que todos ellos estuvieran preparados para relevarle en el timón cuando fuera necesario.

El reciente nombramiento de Meng como vicepresidenta del consejo de dirección estimuló los rumores de sucesión que su padre siempre ha desmentido. En el 2013 envió un e-mail interno a sus empleados detallando los rasgos que requería su relevo: visión, carácter y conocimientos sólidos sobre la industria. "Nadie en mi familia posee esas cualidades", zanjó. Con Ren coinciden los analistas: no se duda de la brillantez contable de Meng pero sus conocimientos en otras áreas son más gaseosos. Ni así ha conseguido Ren revertir las apuestas de sucesión filial.

Dicen de Meng que le sobra elegancia, carisma y dotes diplomáticas. También comparte la audacia de su padre. En una reciente reunión con altos ejecutivos diferenció las líneas naranjas de las rojas, según el diario hongkonés South China Morning Post. En el primer caso, señaló, se puede aceptar el riesgo de incumplirlas temporalmente.

Quizá ese relativismo haya castigado a Meng. En 2013 formaba parte del consejo de la compañía Skycom cuando intentó vender computadoras Hewlett Packard a la principal empresa telefónica de Irán. Skycom tiene vínculos estrechos con Huawei, según la agencia Reuters. Esa operación, de un monto ridículo, la ha llevado ante un juez canadiense y amenaza el esplendoroso futuro de Huawei.