CRISIS ENTRE WASHINGTON Y PEKÍN

China carga contra la detención de Meng a través de su prensa oficial

Logo de la empresa Huawei.

Logo de la empresa Huawei. / periodico

Adrián Foncillas

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Despreciables, secuestradores… La prensa china emplea el tono reservado para las ofensas nacionales imperdonables. La detención de Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei,detención de Meng Wanzhoudirectora financiera de Huawei ha enterrado los dulces editoriales que la semana pasada anticipaban la paz comercial definitiva tras la tregua acordada en Buenos Aires. Hoy todo es ruido, fuego y bilis. La Fiscalía de EEUU acusa a Meng de fraude por violar las sanciones a Irán, según ha anunciado en la audiencia judicial de este viernes en Vancouver (Canadá).

El arresto de Meng en Canadá tras la petición de Estados Unidos prueba que se "está intentando todo para frenar la expansión mundial de Huawei  simplemente porque la compañía ejemplifica la competitividad tecnológica china”, juzga el diario 'China Daily'. La retórica más inflamada llega siempre del ultranacionalista rotativo 'Global Times'. "Sin ninguna evidencia sólida, Estados Unidos y Canadá han pisoteado la ley internacional para secuestrar a la ciudadana china Meng Wanzhou", denuncia el medio bajo la órbita del 'Diario del Pueblo', principal altavoz mediático de Pekín.

El artículo aconseja digerir la nueva situación de “guerra”  situación de “guerra”y adoptar decisiones consecuentes. “Desde ahora, deberíamos reducir o cancelar las visitas de representantes de Estados Unidos, Canadá y de otros países como el Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda”, señala. Los tres últimos han frenado la implantación de Huawei en sus redes nacionales de telecomunicaciones. Y, sugiriendo un inquietante horizonte de persecuciones, recomienda a científicos y expertos en tecnología chinos que trabajan en otros países que tomen precauciones “por su bien y el de sus hijos”.

"Una táctica despreciable y vil"

“Washington recurre a una táctica despreciable y vil porque no podía frenar los avances de Huawei en el mercado”, comenta Mei Xingu, funcionario del Ministerio de Comercio en otra pieza de opinión del mismo rotativo. También acusa a Donald Trump de romper los acuerdos de la semana pasada, aconseja mucha determinación y sabiduría para proteger los intereses nacionales y pide al Gobierno y al pueblo chinos que ofrezcan su apoyo moral a Huawei.

Es habitual que Pekín delegue en la prensa oficial los mensajes incendiarios que la diplomacia ortodoxa desaconseja. Pekín ya había fijado la línea ayer calificando la detención de Meng de arbitraria y pidiendo su liberación inmediata. La línea editorial mediática alude a los esfuerzos estadounidenses por hundir la reputación del líder global en redes de telecomunicaciones.  Huawei ha firmado ya acuerdos con 23 países para desarrollar los sistemas de 5G pero se arriesga a una cadena de cancelaciones. Japón alimentó los temores esta mañana prohibiendo que sus instituciones oficiales adquieran sus productos para evitar filtraciones de información y ciberataques. 

Meng fue detenida el sábado pasado en Vancouver por las presuntas violaciones del embargo estadounidense a Irán. La ejecutiva tenía prvisto comparecer en una vista judicial sobre su extradición ante el Tribunal Supremo de Columbia pero según los expertos este es un proceso que podría demorarse meses e incluso años. El primer ministro, Justin Trudeau, ha desmentido las componendas políticas que denuncia Pekín. "Por supuesto que no ha habido ninguna intervención a ningún nivel político porque respetamos la independencia de nuestros procesos judiciales", ha defendido.

La crisis bilateral ha salpicado a Zhang Shoucheng, un reputado físico de la Universidad de Stanford que falleció la semana pasada. En las redes chinas corrieron los indignados rumores de que su suicidio estaba relacionado con una investigación inminente de la justicia estadounidense o incluso con la detención de Meng. La familia ha desmentido esos vínculos y recordado su larga pelea contra la depresión.

Ese es el emponzoñado clima de desconfianza social y política en el que Estados Unidos y China negociarán los próximos tres meses para poner fin a una guerra comercial con riesgos evidentes de contagio global.